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Cómo visitar el Mont Saint-Michel: la joya de Normandía

Visitar el Mont Saint-Michel

Como viajeros empedernidos que somos, lo tenemos claro: hay que visitar el Mont Saint-Michel al menos una vez en la vida.

Y no es para menos, ya que su sobrenombre de “la Maravilla de Occidente” le viene que ni pintado, gracias a su sorprendente ubicación en medio de la nada y su armoniosa belleza, remarcada por la basílica gótica que domina todo el conjunto.

El Mont Saint-Michel es un lugar impresionante y mágico que atrae a millones de visitantes cada año. Era uno de los lugares que siempre habíamos querido visitar en Francia, uno de nuestros sueños viajeros, que por fin pudimos hacer realidad.

Esta maravilla arquitectónica medieval es una isla rocosa coronada por una magnífica abadía y rodeada por calles adoquinadas, pequeñas tiendas y casas antiguas. Si estás planeando una visita a este increíble sitio, aquí te ofrecemos una guía completa sobre cómo visitar el Mont Saint-Michel y aprovechar al máximo tu experiencia.

¿Dónde está el Mont Saint-Michel?

El Mont Saint-Michel se encuentra en la costa noroccidental de Francia, al norte de una pequeña localidad llamada Beauvoir.

Aunque mucha gente piensa que pertenece a la región de Bretaña, ya que está en el comienzo de la península del mismo nombre, realmente pertenece a la región de Normandía y, concretamente, al departamento de Manche.

El Mont Saint-Michel está formado por dos partes principales: la Bahía y la Roca. En esta última, que es una mole de granito solitaria en medio del mar, es donde se encuentran la Abadía, en su parte superior y; el pueblo, en las faldas de la montaña y protegido del mar por una sólida muralla.

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Una breve historia del Mont Saint-Michel

El comienzo de la historia del Mont Saint-Michel se remonta a antes de la llegada de los vikingos, cuando un grupo de ermitaños se instalaron en el monte y levantaron dos iglesias. Pero, según una leyenda, la historia comenzó el año 708, cuando tras aparecerse en sueños el Arcángel San Miguel a Saint-Aubert, éste le indicó que levantara, en lo que se conocía como Mont-Tombe, un santuario que pasó a convertirse en lugar de peregrinaje.

En 966, tras pasar el Mont Saint-Michel a ser propiedad del ducado de Normandía, se instala allí una comunidad benedictina que empieza a realizar grandes obras en la primera iglesia, a la vez que comienza a crecer el pueblo en las faldas de la montaña. Con el paso de los siglos va teniendo sucesivas ampliaciones, hasta que en el siglo XIII se comienza a construir la actual Abadía gótica, estructurada en tres niveles y que recibe el sobrenombre de «La Maravilla».

Abadía gótica o Maravilla del Mont Saint-Michel
Abadía gótica o Maravilla del Mont Saint-Michel

En el siglo XIV, con el estallido de la Guerra de los Cien Años, se construyeron las actuales murallas que lo rodean y que resistieron el asedio inglés durante casi 30 años.

Los monjes benedictinos abandonaron la Abadía durante la Revolución Francesa, pasando a convertirse en una cárcel de la que era imposible escapar.

Fue declarado Monumento Histórico en 1862, pasando a ser propiedad del estado francés.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupado durante 4 años por el ejército nazi, saliendo milagrosamente indemne de la misma.

Desde 1979, el Mont Saint-Michel y su bahía están incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

En la actualidad, con más de 3 millones de visitantes anuales, es uno de los principales destinos turísticos de Francia, sólo por detrás de la Torre Eiffel y del Museo del Louvre.

Cómo ir al Mont Saint-Michel

Nosotros llegamos al Mont Saint-Michel en coche, pero también puedes llegar en avión, el aeropuerto más cercano es el de Rennes, en Bretaña.

Desde el aeropuerto de Rennes puedes llegar al Mont Saint-Michel en un coche de alquiler, en poco más de una hora y, en autobús o en tren, en unos 50 minutos.

Si quieres ir en tren tendrás que llegar a la localidad de Pontorson, donde se encuentra la estación de tren más cercana al Mont Saint-Michel.

Desde Pontorson también puedes llegar al Mont Saint-Michel en autobús. Hay un autobús directo que sale desde la Gare SNCF y llega al Mont Saint-Michel, el viaje dura unos 20 minutos.

La Caserne

Ya sea que vayas en tu vehículo particular o bien lo hagas en transporte público, lo más próximo que se puede llegar al Mont Saint-Michel en medio de transporte, es a la zona que hasta hace poco se denominaba La Caserne. Actualmente a esta zona la han renombrado como «Mont-Saint-Michel «, pero en Google Maps todavía la encontrarás con el nombre antiguo, así como en los folletos que te proporcionan.

Se trata de un complejo dotado de aparcamientos, hoteles, camping, tiendas y un Centro de Información Turística, situado a casi dos kilómetros al norte de Beauvoir .

En La Caserne hay diferentes aparcamientos dependiendo de si vas en autobús, caravana, motocicleta o turismo. De si te vas a alojar en los hoteles de esa zona, en el propio Mont Saint-Michel, o sólo vas de visita.

Si llegas en tu vehículo particular y sólo de visita, como fue nuestro caso, los aparcamientos disponibles son del P10 al P13. El coste por estacionar para los turismos es de 14 € por todo el día en temporada alta y 9€ en temporada baja. El precio para las caravanas es de 17,60€ en temporada alta y 12€ en temporada baja. Y para las motos 5,50€ en temporada alta y 4,50€ en temporada baja.

Desde la oficina de turismo de La Caserne hay un servicio gratuito de autobuses lanzadera de ida y vuelta (le passeur), que funciona ininterrumpidamente desde las 7:30 de la mañana hasta las 12 de la noche (con intervalos de 5 a 20 minutos, según horas) y que en 12 minutos te deja a 300 m de la puerta de entrada a la ciudad.

Si quieres algo más exótico, puedes pagar los servicios de un coche de caballos (la maringote o la navette hippomobile, como también se la conoce), que saliendo del mismo sitio que los autobuses, hace el trayecto en 25 minutos.

NUESTRA RECOMENDACIÓN PARA LLEGAR AL MONT SAINT-MICHEL

Nuestra recomendación es que, para visitar el Mont Saint-Michel hagas andando el recorrido de los escasos 3 km que lo separan de la zona de aparcamientos. Es la mejor forma de disfrutar de las maravillosas vistas que te ofrece a medida que te acercas y, de contemplar la grandeza de la zona de la bahía. Para nosotros fue toda una experiencia ir acercándonos al Mont Saint-Michel a medida que la bruma matinal se iba disipando y nos desvelaba su belleza.

Mont Saint-Michel con niebla al amanecer
Mont Saint-Michel con niebla al amanecer

Hay quien se acerca andando, pero lo hace campo a través, sin ir por la pasarela habilitada. Como ya te explicaremos más adelante, esto no es muy recomendable por los peligros que encierra la zona inundable de la bahía.

Si vas a viajar a París, puede ser una buena idea apuntarte a una excursión organizada de un día para visitar el Mont Saint-Michel.

Mapa del Mont Saint-Michel

Mapa del Mont Saint-Michel

Qué ver en el Mont Saint-Michel

Básicamente hay tres cosas que ver al visitar el Mont Saint-Michel: Las calles del pueblo, las murallas y la Abadía.

Las calles del Mont Saint-Michel

El pueblo es pequeño, sin mayores complicaciones para recorrerlo aunque eso sí, con calles empinadas que se ajustan a su orografía de isla montañosa.

Lo mejor es que accedas al pueblo por la Puerta Principal de la muralla, que queda a la derecha según llegas y que, tras pasar sobre el Puente Levadizo, enfila la calle principal del pueblo conocida como la Gran Vía (Grand Rue). Se trata de la calle principal del pueblo, que poco a poco va subiendo hasta llegar a la entrada a la Abadía.

Puerta principal para visitar el Mont Saint-Michel
Puerta principal del Mont Saint-Michel

Nada más comenzar la Gran Vía verás a tu izquierda la oficina de turismo, donde podrás adquirir las entradas para acceder a la Abadía, evitando así las largas colas que hay en las taquillas situadas junto a su entrada.

En la Gran Vía es donde se encuentran la mayoría de los comercios, restaurantes y museos del pueblo.

Casas de la Grand Rue o Gran Vía del Mont Saint-Michel
Casas de la Grand Rue o Gran Vía del Mont Saint-Michel

Tomando algunos de los callejones ascendentes que quedan a su izquierda, podrás acceder a las terrazas ajardinadas desde donde hay unas vistas inmejorables. Si vas con niños puedes hacerles la visita más interesante, si les dices que busquen el callejón más estrecho del pueblo. Es el famoso Callejón de los Cornudos (Rue des Cocus), llamado así porque con cuernos no se puede pasar por él.

A mitad de camino en la ascensión a la Abadía se encuentra la Iglesia de Saint-Pierre, con una estatua de Juana de Arco a su puerta.

Estatua de Juana de Arco en la iglesia de Saint Pierre del Mont Saint-Michel
Estatua de Juana de Arco en la iglesia de Saint Pierre

Desde la entrada a la Abadía parte otro camino, en sentido opuesto al que hemos tomado al subir y, que desciende hasta la Entrada de los Fanils, la otra puerta de la muralla que da acceso a la ciudad.

En el camino de bajada se ve una rampa muy empinada adosada a la pared de la Abadía. Es la que se usaba para poder subir los suministros hasta ella, por medio de una gran polea que era accionada a base de fuerza humana.

Fachada sur de la Abadía del Mont Saint-Michel con la rampa para suminstros
Fachada sur de la Abadía del Mont Saint-Michel con la rampa para suminstros

Las murallas

Al inicio y final de la Gran Vía se encuentran los accesos a la muralla, que se puede recorrer por su parte superior y que ofrece unas vistas estupendas de la bahía y de la Abadía.

Murallas del Mont Saint-Michel
Murallas del Mont Saint-Michel

El acceso por la parte inicial de la Gran Vía se realiza por una escalera existente junto a la Entrada Principal. Y el acceso por la parte final de la calle está junto a la llamada Torre del Norte.

Muy cerca de la Entrada de los Fanils queda la Torre de Gabriel, construida en 1524 y que en el siglo XIX hizo las veces de faro.

Torre Gabriel, visitar el Mont Saint-Michel
Torre Gabriel del Mont Saint-Michel

Desde la Torre de Gabriel se accede al embarcadero de la ciudad y con la marea baja se puede ir caminando hasta la Capilla de Saint-Aubert, que sólo es accesible por la costa.

Capilla de Saint-Aubert del Mont Saint-Michel
Capilla de Saint-Aubert del Mont Saint-Michel

🏨 ALOJAMIENTO RECOMENDADO EN EL MONT SAINT-MICHEL

Nosotros no nos alojamos en esa zona, pero una cosa tenemos clara, queremos volver a visitar el Mont Saint-Michel. Por eso, estuvimos echando un vistazo a los hoteles cercanos y vimos uno que nos puede encajar. Se trata del hotel Le Relais Saint Michel, que vimos en La Caserne y que tiene habitaciones con terraza y vistas al Mont Saint-Michel. Levantarte con esas vistas y poder acceder siempre que quieras, tiene que ser un gustazo.

La Abadía

La Abadía Benedictina del Mont Saint-Michel fue uno de los más importantes lugares de peregrinaje de la Francia medieval y, representa uno de los más logrados ejemplos de la arquitectura religiosa de la época.

Se accede a la Abadía desde una larga escalinata que nace al final de la Gran Vía, comenzando realmente la visita al final de la subida. Tanto al principio como al final de la escalera te pedirán las entradas, así que consérvalas.

La visita comienza en la Terraza del Oeste, donde te puedes recuperar de la considerable subida mientras disfrutas de unas vistas únicas. Desde aquí se tiene la mejor perspectiva de la torre de la iglesia, culminada por una estatua dorada del Arcángel San Miguel.

Torre y Aguja de la iglesia del Mont Saint-Michel
Torre y Aguja de la iglesia del Mont Saint-Michel

De la terraza se accede a la impresionante Iglesia Abacial, que ofrece una excelente mezcla de arte románico y gótico.

Ábside de la iglesia de la Abadía del Mont Saint-Michel
Ábside de la iglesia de la Abadía del Mont Saint-Michel

De aquí se pasa al Claustro gótico del siglo XIII, que recibe el sobrenombre de “La Maravilla”. El claustro está rodeado por una arquería formada por hermosos arcos labrados, alguno de los cuales conserva parte de la policromía original.

Claustro de la Abadía del Mont Saint-Michel
Claustro de la Abadía del Mont Saint-Michel

Los arcos están soportados por delicadas columnas de granito y mármol dispuestas en doble hilera al tresbolillo.

Detalle de la decoración de los arcos del claustro de la Abadía del Mont Saint-Michel
Detalle de la decoración de los arcos del claustro de la Abadía del Mont Saint-Michel

A partir de aquí la visita es siempre descendente por escaleras. Se pasa en primer lugar por el Refectorio de estilo gótico, donde los monjes comían en silencio mientras otro leía las Sagradas Escrituras.

Refectorio de la Abadía del Mont Saint-Michel
Refectorio de la Abadía del Mont Saint-Michel

A continuación se accede a la elegante Sala de los Huéspedes, también de estilo gótico.

Sala de los huéspedes de la Abadía del Mont Saint-Michel
Sala de los huéspedes de la Abadía del Mont Saint-Michel

Se pasa después por la Capilla de Santa Magdalena; la Cripta de los Gruesos Pilares, cuyo nombre te dará una idea de su aspecto; y la Cripta de San Martín.

💡 RECOMENDACIÓN

Si has leído el bestseller «La Promesa del Ángel» ambientado en el Mont Saint-Michel, te recomiendo que bajes a la Cripta de San Martín y te dejes asombrar. Y si no lo has hecho, aquí te dejo el enlace para poder comprar el libro. Está en la línea del bestseller de Ken Follett «Los pilares de la tierra».

Sala de los gruesos pilares de la Abadía del Mont Saint-Michel
Sala de los gruesos pilares de la Abadía del Mont Saint-Michel

La siguiente sala es la que contiene la Gran Rueda, que era la polea accionada por fuerza humana, utilizada para subir los suministros por la rampa existente en el exterior del edificio y, de la que ya te hemos hablado.

La Gran Rueda del Mont Saint-Michel
La Gran Rueda del Mont Saint-Michel

Continúa la visita por la Capilla de Saint-Etienne; el Paseo de los Monjes, que hacía las veces de claustro cuando hacía mal tiempo; y la grandiosa y elegante Sala de los Caballeros, situada en el punto más bajo de la Abadía.

Desde esta última sala se accede a la zona de tienda y finalmente a un jardín en el que finaliza la visita.

Horarios para visitar la Abadía

La Abadía está abierta todos los días del año y sólo cierra tres días: el 1 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre.

Del 2 de enero al 30 de abril, y del 1 de septiembre al 31 de diciembre, abre de 9:30 h a 18:00 h.

Del 2 de mayo al 31 de agosto, el horario de apertura pasa a ser de 9:00 h a 19:00 h.

Las entradas a la Abadía

Como ya te he indicado, las entradas para visitar la Abadía puedes adquirirlas, o bien a la entrada de la propia Abadía, en la oficina de turismo que hay junto a la Entrada Principal de la muralla o por internet. En temporada alta te aconsejo llevar las entradas ya compradas, porque así te evitarás las largas colas.

El precio de la entrada es de 10 € por persona, siendo gratuita para los menores de 26 años.

Qué hacer en el Mont Saint-Michel

Museos del Mont Saint-Michel

Una vez visitada la Abadía, recorridas las calles del pueblo y subido a sus murallas, tienes la opción de entrar en alguno de los cuatro museos que alberga el pequeño pueblo.

Puedes entrar al Museo del Mar y la Ecología, al Museo Histórico, al Archeoscope o a la Morada Tiphaine. Tienes un pase para visitar los cuatro museos, que te saldrá más barato.

Morada Tiphaine del Mont Saint-Michel
Morada Tiphaine

Quizá el que más merezca la pena ver sea el último, un edificio de 1365 restaurado en el siglo XIX, donde habría vivido Tiphaine de Raguenelle, esposa de Bertrand du Guesclin, militar y condestable francés conocido por los sobrenombres de “el águila de Bretaña” o “el perro negro de Broceliande”.

Paseo por la bahía y sus arenas movedizas

Otra opción interesante es la de hacer una excursión a pie por la bahía, ya sea para rodear la roca o para acercarse hasta el próximo (3 km) islote de Tombelaine, donde se conservan un fuerte y un torreón ingleses.

Bahía del Mont Saint-Michel y el islote de Tombelaine
Bahía del Mont Saint-Michel y el islote de Tombelaine

Si tu opción es la del paseo, ten en cuenta que está absolutamente desaconsejado hacerlo sin estar acompañado por un guía certificado. La razón es que las zonas inundadas someramente ocultan pozos de varios metros de profundidad, existen arenas movedizas en las que puedes hundirte y la subida de la marea te puede sorprender alejado de la zona de tierra firme. Todas ellas son situaciones de riesgo que han producido accidentes con consecuencias serias. Así que, si te interesa esta excursión, aquí puedes contratarla:

Un paseo por la bahía en familia, con la compañía de un guía, os hará descubrir la bahía y todo lo que necesitáis saber sobre arenas movedizas. Os contará cómo se reconocen y os dará muchos consejos de seguridad. Esta ruta hay que realizarla descalzo, te aconsejo llevar el traje de baño, ya que en algunos lugares el agua tiene una profundidad de casi un metro. Pero no olvides llevar algo de abrigo también, porque en esa zona el tiempo puede ser muy cambiante.

Contempla las maravillosas vistas de la Roca y la Bahía

Si quieres disfrutar de las vistas del Mont Saint-Michel, lo mejor es que te desplaces por la zona de praderas, buscando puntos de vista únicos. También puedes desplazarte hasta la Pointe du Grouin, en el lado contrario de la bahía, desde donde se la domina completamente y hay unas vistas inmejorables de la puesta del sol.

Excursión a las Islas Chausey

Si quieres hacer algo que te lleve más tiempo, puedes visitar en barco las Islas Chausey, situadas a medio camino entre el Mont Saint-Michel y la cercana isla inglesa de Jersey. Este archipiélago tiene 365 islotes en marea baja y 52 durante la altamar y, aloja una importante comunidad de aves marinas, siendo además una buena zona para avistar delfines. Los transbordadores para la visita salen a diario de Granville.

¿Cuándo ver las mareas del Mont Saint-Michel?

Por si no lo sabías, las mareas de la primavera que tienen lugar en esta zona de la costa francesa, son las mayores de toda Europa continental. Tal es así, que hay una diferencia de altura del nivel del mar de casi 15 m entre la altamar y la bajamar y, en la bajamar el mar se retira hasta 15 km de la línea de costa

Hay mucha confusión con respecto a si el Mont Saint-Michel se convierte o no en isla por el efecto de la marea alta y, en ese caso, cuándo sucede.

A este respecto hay que decir que la carretera de acceso que se construyó a finales del siglo XIX y, el posterior aparcamiento que se añadió junto a la entrada de la roca, le hicieron perder su carácter marítimo, dejando de convertirse en una isla, para pasar a estar permanentemente unida a tierra firme por el dique de la carretera.

Hace unos años se han ejecutado importantes obras para eliminar esa carretera y el antiguo aparcamiento, lo que ha permitido que, desde febrero de 2015, vuelva a convertirse en isla durante unas horas cuando la altamar supera el coeficiente de marea de 110, lo que sólo ocurre en contadas ocasiones al año, puesto que el máximo posible es de 120.

Mont Saint-Michel convertido en isla
Mont Saint-Michel convertido en isla

En el siguiente enlace podrás descargar y consultar la tabla de mareas, en la que vienen resaltados los días en que el Mont Saint-Michel se convierte en una isla.

¿Qué es el macareo?

Un efecto asociado a la subida de la marea es el macareo, que es una ola de marea que se forma durante las mareas más vivas y, que remonta ríos, rías y estuarios. El ruido que produce es similar al de las olas en las playas y, se dice que aquí su velocidad de avance es la de un caballo lanzado al galope.

Para que se produzca el macareo, se ha de superar el coeficiente de marea de 90.

Para mucha gente, uno de los principales alicientes para visitar el Mont Saint-Michel es verlo convertido en isla, así que es importante que tengas en cuenta que para disfrutar de este fenómeno natural, lo mejor es que llegues con dos horas de antelación.

¿Cuál es la mejor época para visitar el Mont Saint-Michel?

En realidad cualquier época es buena para visitar el Mont Saint-Michel y, depende de lo que busques te interesará más una época u otra.

Si lo que quieres es ver las grandes mareas que convierten al Mont Saint-Michel en una isla, el mejor momento para visitar el Mont Saint-Michel es la primavera.

Pero si quieres hacer también alguna excursión por la Bahía del Mont Saint-Michel, es mejor que lo visites en verano, ya que vas a tener que ir con los pies descalzos y en otra época hará frío.

Visitar el Mont Saint-Michel en otoño o en invierno tiene la ventaja de que no vas a encontrar demasiada gente caminando por sus calles.

¿Cuánto se tarda en ver el Mont Saint-Michel?

Si madrugas y estás allí a primera hora de la mañana, la visita al Mont Saint-Michel te llevará medio día. Nosotros madrugamos bastante y estuvimos visitándolo hasta después de comer. A partir de ese momento las calles ya estaban abarrotadas de turistas y era muy complicado caminar por allí.

Te llevará más tiempo si, además de visitar el pueblo y la Abadía, vas a hacer alguna excursión por la Bahía.

10 Consejos para visitar el Mont Saint-Michel

1.- Uno de los primeros consejos a tener en cuenta para visitar el Mont Saint-Michel es que te olvides de las sillitas de mano para llevar a los niños pequeños y que optes por la mochila, ya que todas las calles del pueblo tienen rampas y escaleras. Pero no sólo en el pueblo, en el interior de la Abadía hay escaleras (y muchas) por todos los sitios. Las escaleras pueden ser agotadoras para niños entre 3 y 5 años, así que tómatelo con calma.

Salida de la visita de la Abadía del Mont Saint-Michel
Salida de la visita de la Abadía del Mont Saint-Michel

2.- Como podrás imaginar, visitar el Mont Saint-Michel es también prácticamente imposible para personas con movilidad reducida.

3.- No está permitida la entrada de animales de compañía a la Abadía. Pero en el Centro de Información Turística de La Caserne tienes la posibilidad de dejar tu perro, mientras vas a visitar el Mont Saint-Michel, por un precio de 8,30€ por día y por perro.

4.- Por razones de seguridad no se permite el acceso con mochilas o maletas a la Abadía. En el Centro de Información Turística de La Caserne existía un servicio de consigna que, actualmente, permanece cerrado por motivos de seguridad.

5.- Ni te molestes en buscar nada especial para comer porque el pueblo se pone a rebosar de gente, hay pocos restaurantes y además son caros y sin demasiada calidad. Nuestro consejo es que hagas lo que hace todo el mundo: buscar una escalera para sentarte y comerte el bocadillo que te hayas llevado o uno de los que venden en multitud de sitios.

6.- Como en la mayoría de las localidades francesas, existen aseos públicos que te salvan de tener que estar entrando a bares. Hay uno de pago (0,50 €) situado justo después de traspasar la puerta principal de la muralla, otro gratuito junto a la Iglesia de Saint-Pierre y otro también gratuito al final de la escalinata que hay que subir para comenzar la visita a la Abadía.

7.- Aunque estés de vacaciones y quieras descansar, lo mejor para disfrutar de la visita al pueblo y la Abadía, es que ese día madrugues y estés temprano en el Mont Saint-Michel, siendo las 9 de la mañana una buena hora. A medida que avanza el día se pone todo hasta los topes y, llega un momento en que resulta agobiante callejear. Recorrer las calles del pueblo con niños, mientras os rodea una muchedumbre, puede llegar a ser una tortura, así que es mejor llegar cuanto antes.

Calle principal del pueblo del Mont Saint-Michel
Calle principal del pueblo

8.- Todo este ir y venir de gente acaba en torno a las 7 de la tarde que, es cuando cierran la Abadía y las tiendas del pueblo y, los turistas franceses empiezan a pensar en cenar, por lo que se produce la desbandada general. Así que, si no quieres visitar la Abadía por dentro, puede ser un buen momento para visitar la Roca.

9.- Si además quieres recorrer la zona, disfrutar de la visión nocturna del Mont Saint-Michel iluminado o, disfrutar del espectáculo nocturno que hacen en verano, lo mejor es que te alojes en la zona de La Caserne, en Beauvoir o en Pontorson, siendo este último el pueblo de mayor tamaño de la zona.

Mont Saint-Michel al atardecer
Mont Saint-Michel al atardecer (Foto de Frederic Paulussen)

10.- Puedes completar tu visita al Mont Saint-Michel degustando en algún restaurante cercano la carne de cordero “de prés-salés”, que es algo así como “de las praderas saladas”. Estas ovejas son las que habrás visto en las zonas de pradera de la bahía, que se alimentan de hierba con un gran contenido en sal. El resultado es que su carne tiene un sabor inigualable que le ha valido una distinción similar a nuestra denominación de origen.

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