15 Planes divertidos para hacer en Cantabria con niños (y no tan niños)

Es muy fácil viajar por Cantabria con niños, ya que esta comunidad autónoma, que cuenta con una de las mayores concentraciones de atractivos turísticos de España, siempre ha cuidado mucho el turismo familiar.

Además de pasar el día en cualquiera de las maravillosas playas cántabras con más encanto, hay muchas más ideas para hacer con niños, a cada cual mejor. Aquí te presentamos una selección de 15 planes divertidos que podrás hacer en Cantabria con niños y que serán un éxito asegurado.

Mapa de planes para hacer en Cantabria con niños

15 Planes divertidos para hacer en Cantabria con niños (y no tan niños)

De safari por el Parque de la Naturaleza de Cabárceno

Sin lugar a duda, Cabárceno es el buque insignia del turismo familiar cántabro, y un lugar que no tienes que perderte sin vas a Cantabria con niños.

Es realmente divertido recorrer con el coche el laberinto que han dejado los restos rojizos de la antiquísima explotación de hierro de época romana, para ir parando en los distintos recintos en los que se encuentran los animales salvajes en estado de semilibertad.

Si no quieres ir en coche, existe la posibilidad de hacer un recorrido que te permitirá disfrutar tranquilamente del paisaje, o bien disfrutar del espectáculo de recorrer el parque por los aires en su teleférico.

Los niños, y los no tan niños, disfrutarán observando animales de los cinco continentes, aunque si hay un recinto estrella, ese es el de los osos pardos, el más grande de todos con 32 hectáreas de superficie, y en el que hay no menos de 65 osos pardos cantábricos, iguales a los que corren en libertad por Somiedo.

Aparte de lo anterior, la visita tiene otros dos grandes atractivos para los niños: la exhibición de los leones marinos, y la demostración de las técnicas de caza y vuelo de las aves de presa.

Si no dispones de coche, tienes la posibilidad de realizar una excursión al Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Aquí puedes contratarla:

Sumergirte en las profundidades en el Museo Marítimo del Cantábrico, en Santander

Dominando la Bahía de Santander, se encuentra ubicado el Museo Marítimo del Cantábrico, una de las mejores opciones culturales para toda la familia que ofrece la capital cántabra.

Este museo, muy recomendable si visitas Cantabria con niños, ofrece la posibilidad de conocer de primera mano las especies de fauna y flora que habitan las aguas del Cantábrico, gracias a los 20 acuarios visitables que alojan sus instalaciones.

Otro de sus principales atractivos, y que llama poderosamente la atención de mayores y pequeños, son sus increíbles esqueletos de ballenas.

Tiene una completa exposición sobre todo lo relacionado con el mundo de la pesca y los pescadores, y además permite realizar un completo recorrido por la influencia que ha tenido el Mar Cantábrico en el devenir de la historia de España y del Mundo.

De paseo por la Península de la Magdalena, en Santander

Seguramente, cualquier santanderino te recomendaría que, si quieres dar un paseo agradable y relajarte a un paso de la ciudad, te dirijas a la Península de la Magdalena.

Y si te ve con niños de la mano, te aconsejará además que no te pierdas dos cosas de la península: La Balsa de Vital Alsar y el Zoo.

La Balsa de Vital Alsar, es la que utilizó este aventurero cántabro para, emulando a Thor Heyerdahl, atravesar el Océano Pacífico desde Sudamérica hasta Australia, aprovechando la corriente de Humboldt. Lo consiguió con esta balsa en 1970, cuando acompañado de otros cuatro marineros cruzó desde Guayaquil (Ecuador) hasta Mooloolaba (Australia), en tan sólo 161 días, estableciendo un récord mundial de travesía en balsa.

El Zoo de la Magdalena es una auténtica delicia y un ejemplo de integración en la naturaleza, ya que está situado al lado del Mirador de la Magdalena con unas vistas impresionantes del Mar Cantábrico chocando contra las rocas. Es gratuito y en él se pueden ver focas grises, leones marinos y pingüinos del Cabo y de Humboldt.

Como Tarzán en el Forestal Park de Santander

Para muchos, Santander es de esas ciudades que parece pensada para relajarse y disfrutar. Y es verdad que es todo un placer disfrutar de una mañana de playa, una buena comida, y una tarde de paseo por la Avda. de la Reina Victoria y los Jardines de Piquío disfrutando de las vistas al mar.

Todo eso está muy bien, pero a veces a los pequeños viajeros se les quedan cortos ese tipo de planes y necesitan actividad extra y marcha para quemar sus inagotables energías.

Un plan muy bueno en esas circunstancias es dedicar parte del día a visitar la zona del extremo nordeste de la ciudad, en donde están situados el Forestal Park de Santander y el Faro de Cabo Mayor.

Si tomas la Avda. del Faro, desde prácticamente el final de la Segunda Playa del Sardinero, hasta llegar a las cercanías del Hipódromo de Suso, encontrarás a tu derecha una zona de aparcamiento donde puedes estacionar. Un poco más adelante de la entrada al aparcamiento, está la entrada al Forestal Park, al lado de un edificio de planta circular.

Se trata de un parque temático de aventuras y tirolinas por los árboles, donde los pequeños, y los mayores que se atrevan, podrán deslizarse por tirolinas, saltar por lianas, jugar en los árboles, escalar redes o cruzar puentes tibetanos.

Si después de la actividad os habéis quedado con ganas de subir hasta el faro, no tenéis más que continuar la calle ascendente donde la hemos dejado antes de aparcar nuestro vehículo. Al final del camino se encuentra el Faro de Cabo Mayor, desde donde se puede disfrutar de unas vistas maravillosas y del espectáculo del mar abierto chocando contra los acantilados rocosos.

Jugar con las nutrias en el Ecomuseo Fluviarium de Liérganes

Este museo ubicado en la localidad de Liérganes, y cuyo nombre completo es Ecomuseo-Fluviarium de la Montaña y Cuencas Fluviales Pasiegas, es ideal para ser visitado con niños.

Pequeñito pero muy interesante, es una completa muestra expositiva sobre la cultura pasiega y su entorno natural, con especial atención a su fauna y flora.

Su elemento estrella son los acuarios fluviales que reproducen el hábitat ideal de un río de la vertiente cantábrica, y que además, alojan a sus especies de fauna y flora más representativas, como es el caso de las nutrias. Sin lugar a dudas, estos simpáticos mustélidos son el punto de visita preferido para los más pequeños, y el plato fuerte de la visita es el momento en el que les dan de comer. Estad atentos a los horarios de comida para que no os lo perdáis.

Tiene además una reproducción de una cabaña pasiega con todo tipo de detalles y enseres.

El museo es muy divertido para los niños, ya que tiene diferentes talleres, a cada cual más interesante, y hay que nadar tocando, mirando, oliendo,…, por lo que es muy es interactivo.

Para poder realizar todos estos planes, lo mejor es que te alojes en Santander.

Visitar la Neocueva y el Museo de Altamira, en Santillana del Mar

Hace ya casi 20 años que se decidió cerrar al público las Cuevas de Altamira, debido al estado de deterioro que estaban sufriendo sus famosas pinturas rupestres a consecuencia del régimen de visitas que venían soportando. Desde entonces hasta hoy, ha habido diferentes regímenes de visita, pero muy restringidos y difíciles de conseguir para la mayoría del público.

Afortunadamente, el Gobierno de Cantabria tomó rápidamente cartas en el asunto para que todo el mundo, y los niños en particular, pudieran seguir disfrutando de esta maravilla artística de hace 14.500 años conocida como “la Capilla Sixtina del Arte Paleolítico”, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985 y, descubierta en 1879 por la hija de Marcelino Sanz de Sautuola.

En julio de 2001, y a semejanza de lo que se ha hecho con las cuevas de Lascaux y Chauvet en Francia, se inauguró, como una parte del Museo de Altamira, la Neocueva de Altamira, una fiel reproducción de las famosas pinturas de los bisontes y la cueva que los acoge, lo que permite a todo el público, y a los niños en particular, poder seguir disfrutando de la maravillosa visión que tendrían en la auténtica Sala de los Polícromos.

Además de la Neocueva, merece la pena visitar también el resto del museo, lo que permitirá a los más pequeños conocer más sobre aquellos primitivos artistas y su forma de vida.

Si te alojas en Santander puedes realizar una excursión que te llevará a visitar Santillana del Mar y el Museo de Altamira, en este enlace puedes reservar la excursión:

Aunque Santillana del Mar es realmente bonito, hay también más pueblos de Cantabria que tienen una belleza especial. En este post te mostramos nuestra selección de los pueblos cántabros que más nos gustan.

Perderte en el Laberinto de Villapresente

Se trata del laberinto más grande de España y desde su apertura en abril de 2017, se ha convertido en un lugar obligatorio si visitas Cantabria con niños.

La diversión está asegurada, ya que no es tan fácil conseguir salir de él una vez que te has desorientado por sus calles. Ten en cuenta que tiene unos 5 km de paredes formadas a base de cipreses de más 2 m de altura.

De todos modos, no te preocupes si ves imposible dar con la salida, ya que en un momento de apuro, el personal de las instalaciones te dará un oportuno chivatazo para indicarte que dirección tomar en la siguiente bifurcación y quedar como un experto explorador ante tus hijos.

Para visitar la Neocueva de Altamira y el Laberinto de Villapresente te recomendamos alojarte en Santillana del Mar.

Subir a las alturas en el Teleférico de Fuente Dé

Casi todo el mundo está de acuerdo en que los Picos de Europa son el conjunto de montañas más atractivas de toda la Cordillera Cantábrica, y posiblemente de casi toda España.

Pero no nos engañemos, los Picos de Europa no son montañitas y el acceso a sus zonas altas no siempre es fácil y, más aún, si lo realizamos desde Cantabria con niños.

Afortunadamente, desde septiembre de 1966 existe un teleférico, renovado completamente en 2015, que en menos de 5 minutos te sube desde la estación de Fuente Dé hasta la estación de El Cable, salvando los 753 m de desnivel que hay entre los dos puntos.

Desde los 1823 m de altitud de la estación superior, y ya en pleno corazón del Macizo Central de los Picos de Europa, o de los Urrieles, puedes hacer rutas relativamente sencillas para recorrer este lugar tan maravilloso. Y si no te apetece andar, puedes asomarte al Mirador del Cable, situado junto a la estación del teleférico, desde el que tendrás unas vistas impresionantes del Valle de Liébana y del Circo Glaciar de Fuente Dé.

El mejor lugar para alojarte en esta zona es el precioso pueblo de Potes.

Disfrutar de la nieve en Alto Campoo

La llegada de la nieve y el mal tiempo no quiere decir que se hayan acabado las posibilidades de disfrutar de Cantabria con niños. La mejor de todas las opciones la tendrás, sin lugar a dudas, en la Estación de Esquí y de Montaña de Ato Campoo.

Da igual que sepáis esquiar o no, ya que existen escuelas de esquí con expertos profesionales y pistas para todos los niveles. Y si sólo quieres disfrutar de la nieve y dar un paseo por la alta montaña, has ido al lugar adecuado.

Aquí te dejamos todos los datos para disfrutar de la nieve en Alto Campoo.

Sentirte como en Juego de Tronos en el Castillo de San Vicente, en Argüeso

Este castillo es uno de los pocos que podrás encontrar en Cantabria y seguramente el mejor conservado de la comunidad, por lo que es un lugar ideal para que los niños disfruten y se sientan como auténticos caballeros medievales.

Es visitable y desde 1983 tiene la consideración de Bien de Interés Cultural. El recorrido de la visita ofrece, además de la posibilidad de visitar todas las estancias y subir a las torres para disfrutar de sus increíbles vistas, ver alguna de las exposiciones itinerantes que suelen alojar sus instalaciones.

Su ubicación no es caprichosa, pues esta levantado sobre un promontorio en la localidad de Argüeso, lugar ideal para controlar el acceso desde la costa a la meseta a través del Valle del Saja, en la conocida como Ruta de los Foramontanos.

El edificio original fue levantado en el siglo XIII en estilo gótico y consistía en tan sólo las dos torres almenadas actuales, aunque más tarde, en el siglo XV, fueron unidas mediante el edificio que hoy puede verse.

Desde aquí podrás acceder a diferentes opciones turísticas que te ofrece la Comarca de Campoo.

Viajar al pasado en los Poblados Cántabros de Argüeso y Cabezón de la Sal

Aunque el final de los antiguos cántabros tuvo lugar cuando se produjo la invasión romana de la Península Ibérica, ya poblaban estas tierras desde la Edad del Bronce.

Si estás de visita en Cantabria con niños, es un buen momento para viajar al pasado y conocer cómo era la forma de vida y la cultura de estas gentes. Y para ello, nada mejor que visitar uno de los dos poblados cántabros que hay en la región, ya sea el de Argüeso o el de Cabezón de la Sal.

Aunque cada uno de ellos tiene sus peculiaridades, en ambos podrás recorrer un poblado cántabro reconstruido tal y como era en su época, viendo recreaciones de viviendas, vestimentas, enseres caseros, herramientas, armas, etc. y, conociendo además las peculiaridades de su forma de vida, costumbres y creencias. Ambos cuentan además con actividades especialmente dirigidas a los niños.

El de Argüeso es el que cuenta con más solera, pues lleva funcionando desde hace más de 25 años, y además tiene la posibilidad de realizar labores de arqueología experimental y de voluntariado.

Asombrarte ante la obra de Okuda, en Ruerrero y Reinosa

Los niños disfrutan con el arte mucho más de lo que pensamos, por lo que siempre que podamos hay que facilitarles el acceso a cualquier muestra de arte de calidad que se nos presente.

En Cantabria tienen la suerte de contar con un artista de proyección internacional en el arte del graffiti. Se trata del artista santanderino Óscar San Miguel, más conocido como Okuda, cuya influencia a nivel mundial en este campo, con obras en más de 20 países, crece día a día.

En Ruerrero podrás contemplar un doble mural, muy colorido y divertido, titulado “Inmortales”. Se trata de un homenaje a los mayores del Valle de Valderredible, que intenta reflejar la importancia de las personas mayores que dan vida a esta comarca, y sin las cuáles muchos pueblos caerían en el abandono.

Muy cerca de esta localidad, en Reinosa, podrás ver también el “Oso de Okuda”, una escultura del auténtico rey de las montañas cantábricas y que, a pesar de su aparente sencillez, impacta a todo el que se para a contemplarla.

Para todos estos planes el mejor lugar para buscar alojamiento es la zona de Reinosa.

Observar las estrellas en el Observatorio Astronómico de Cantabria, en Rocamundo

La contaminación lumínica que tanto abunda hoy día en nuestros pueblos y ciudades, impide que podamos tener una mínima visión de calidad del cielo nocturno, siendo necesario alejarse a zonas despobladas para disfrutar de la visión de las estrellas en toda su plenitud.

Por desgracia, muchos de los niños de hoy apenas han tenido la oportunidad de ver poco más de un puñado de estrellas en el cielo nocturno.

Cerca de Rocamundo, en el Páramo de la Lora, se encuentra el Observatorio Astronómico de Cantabria, una instalación que además de estar destinada a fines científicos, tiene como misión principal la divulgación de la astronomía y la observación del cielo nocturno, especialmente entre los niños.

Cuenta con un programa de visitas y sesiones de observación, por lo que es necesario reservar plaza previamente si nos queremos asegurar de tener sitio.

Buscar el Pozo de los Lobos, en Revelillas

Cuando se piensa en especies animales que identifiquen en nuestro país el enfrentamiento entre las gentes del campo y los conservacionistas, siempre aparecen las figuras del oso y del lobo.

Ambos representan como ningún otro el espíritu salvaje de la Montaña Cantábrica, y ambos han sido siempre perseguidos por las gentes del campo con la disculpa de que producían daños en la ganadería.

La caza del lobo se realizaba utilizando trampas especiales denominadas loberas. Consistían en dos muros que convergían en un pozo, en el cual caía el lobo caía tras ser perseguido y espoleado por los cazadores y los perros.

Quedan muy pocos restos en pie de esas antiguas construcciones, y en Cantabria se puede visitar la reconstruida Lobera o Pozo de los Lobos de Revelillas.

Se encuentra pegada al límite con la provincia de Palencia, por lo que aunque se puede acceder desde el lado cántabro por Revelillas, es más recomendable ir a la localidad palentina de Revilla de Pomar, y de ahí dirigirse al Mirador de Valcabado, que se asoma al Valle de Valderredible desde la Lora de Valdivia. Desde el mirador, y siguiendo la línea del cortado rocoso que quedará a nuestra izquierda, llegaremos tras kilómetro y medio de marcha al pozo de los lobos. Aunque se encuentra en la parte inferior del cortado rocoso, es fácilmente accesible incluso para los niños.

Te recomendamos buscar alojamiento en el Valle de Valderredible para estos planes.

Convertirte en un herrero en la Ferrería y Molino de Cades

En pocos lugares es posible ver en funcionamiento una ferrería como las que hace siglos permitían a los herreros la realización de todo tipo de herramientas y armas.

En Cades todavía se mantienen en funcionamiento su ferrería de 1752, así como el molino de acompañamiento que, gracias a la corriente del río Nansa, generaba energía hidráulica a todo el conjunto.

Es una delicia ver la cara de asombro de los niños, tan acostumbrados hoy a todo tipo de artilugios electrónicos, al ver funcionar todo el impresionante conjunto que, de hecho, es uno de las mejores de España en su género, dadas sus importantes dimensiones y la calidad de su ingenio hidráulico.

Para visitar la Ferrería de Cades el mejor lugar para buscar alojamiento es San Vicente de la Barquera.

Prepara tu viaje a Cantabria con niños

Si Cantabria está muy lejos como para ir en coche, tienes que saber que Santander dispone de aeropuerto. Si necesitas buscar un vuelo, te aconsejo el comparador de tarifas que usamos nosotros.

Una vez allí necesitarás un coche, ya que la mayoría de estos planes están alejados unos de otros y no es fácil acceder con transporte público. Así que lo mejor es que reserves un coche de alquiler y lo recojas en el aeropuerto de Santander.

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