La ruta de las ermitas de Tella es más que una ruta un agradable paseo circular, en las inmediaciones de un precioso pueblo de alta montaña denominado Tella. Esta ruta te llevará a visitar tres emblemáticas ermitas.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
- ¿Dónde está Tella?
- ¿Por qué se le llama a Tella el pueblo de las Brujas?
- ¿Cómo llegar a Tella?
- Cómo hacer la ruta de las ermitas de Tella
- No te pierdas lo mejor de los Pirineos con estas otras ideas
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- Conoce el románico de las iglesias del Valle de Boí
- Ruta por el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici
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¿Dónde está Tella?
El pueblo de Tella se encuentra situado en el Pirineo Aragonés, en la provincia de Huesca, dentro de la Comarca de Sobrarbe, cuya capital es Aínsa, de la que ya te hablé en un post anterior. Se encuentra a 1380 m de altitud, en el límite con el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
El pasado verano durante nuestro viaje a Pirineos, una de las excursiones que hicimos fue la ruta de las ermitas de Tella, ya que habíamos estado hacía mucho tiempo visitando este pueblo y en esa ocasión nos llovió bastante y no pudimos hacerla.
Tella es uno de los pueblos con más encanto de los Pirineos, con sus casas situadas a lo largo de la calle principal. Se encuentra orientado hacia el sur de tal forma que por el norte la montaña lo protege de los fríos vientos.
¿Por qué se le llama a Tella el pueblo de las Brujas?
Esta zona pirenaica cuenta con una gran tradición relacionada con la brujería, aquelarres, hechizos y gigantes. Los puntos que comunicaban el exterior con el interior de las casas eran considerados los más vulnerables frente a estas magias malignas. Sólo hay que fijarse en las altas chimeneas, los balcones y ventanas de las casas de Tella, que se adornaban con elementos protectores como espantabrujas, símbolos, plantas e incluso figuras de hombres y animales, y que todavía pueden verse.
Antiguamente las gentes de la comarca decían “Tella, Dios nos guarde de ella“, tal era el miedo que tenían a tener que acercarse por allí. Pero las brujas no se quedaban calladas y les respondían: “Ojalá tengas tan lejos los huesos de la carne como estás de ella“. Quizá por esa razón, las tres ermitas que fuimos a visitar se situaron estratégicamente para formar un anillo protector contra los hechizos de las brujas. Y no sólo de las brujas, parece ser que el anillo protector era multiusos, ya que otro de los usos era como exconjuraderos para proteger contra las tormentas.
La existencia de brujas en esa zona no podemos certificarla, pero la de fuertes tormentas, si. El que haya ido a los Pirineos, seguramente habrá presenciado una de esas tormentas monumentales, durante las cuales parece que el cielo se te va a caer encima, y en las que el estruendo de los truenos se multiplica al chocar contra las montañas (toda una experiencia). Así que no es de extrañar el miedo de esas gentes a estos fenómenos meteorológicos.
¿Cómo llegar a Tella?
Llegamos a Tella desde Laspuña, donde estábamos alojados, el recorrido son 16 km por una estrecha carretera con unas cuantas curvas, como casi todas las de la zona, y cuyo trayecto nos llevó casi media hora. Dejamos aparcado el coche junto al punto de información del Parque Nacional. Si no encuentras sitio allí puedes dejarlo un poco más arriba en un gran aparcamiento que hay.
Cómo hacer la ruta de las ermitas de Tella
La ruta de las ermitas comienza junto a la Iglesia Parroquial de San Martín del siglo XVI. Es una cómoda ruta circular de escaso desnivel (80 m de desnivel acumulado), de poco más de 2,3 km de recorrido, que no te llevará más de una hora (sin contar las paradas para visitar las ermitas). Su facilidad hace que sea una ruta idónea para hacerla en familia.
Una vez que encontramos la iglesia de Tella tomamos el sendero señalizado como “Circuito Ermitas” que discurre por la parte alta del pueblo. La ruta va rodeando la Peña Cazcarra o Puntal de San Pablo.
Al principio caminamos por un sendero rodeado por una frondosa vegetación de boj y robles hasta alcanzar un espeso pinar.
De repente apareció frente a nosotros la primera de las ermitas, la Ermita de San Juan y San Pablo, ubicada en la Collada de la Bellanera al resguardo de una mole rocosa llamada Peña de San Juan, más conocida como “El Puntón de las Brujas“.
El Puntón de las Brujas es una imponente formación rocosa que, según la leyenda, servía para realizar ritos paganos y aquelarres. Pero leyendas aparte, la zona es impresionante, es un maravilloso paisaje de quitar el hipo, por lo que merece la pena detenerse en ese punto para contemplarlo. Seguramente habrás visto fotografías de esta ermita, ya que esta estampa es una de las más bellas y fotografiadas. Sobre el Puntón de las Brujas, se ve el macizo de Monte Perdido y a su izquierda, el cañón de Añisclo, lo que conforma una panorámica espectacular.
La Ermita de los santos Juan y Pablo del siglo XI, es una de las iglesias más antiguas del románico en Aragón y la más antigua de las ermitas documentadas del Sobrarbe. Fue consagrada en 1018 por el obispo Borrel de Roda de Isábena, y su acta de consagración se conserva en Barbastro. Es una de las únicas muestras del primer románico autóctono de los valles pirenaicos, y uno de los mejores ejemplos del románico en Aragón.
Subimos para visitarla y encontramos que estaba abierta así que entramos, es una ermita sencilla de una sola nave rectangular y cuenta con un banco de piedra adosado al muro. Lo más sobresaliente es su ábside con planta de herradura al estilo visigodo, y una escalera permite descender a una pequeña cripta, que parece ser que estaba destinada a enterramientos. El ábside y la cripta son los elementos arquitectónicos más antiguos del templo, ya que el resto corresponde a épocas más recientes.
Descendimos hasta el sendero principal, para continuar camino hasta la siguiente de las ermitas.
El sendero está perfectamente señalizado, discurre entre pinos silvestres y boj, y mientras íbamos disfrutando de las maravillosas vistas que hay desde allí sobre el Valle del río Cinca.
Llegamos a un cruce y allí tomamos el camino de la izquierda para subir hasta la Ermita de la Virgen de las Fajanillas. En Aragón una faja o fajanilla es una zona estrecha de terreno situada en una ladera y que ha sido ganada a la montaña para cultivarla. De aquí viene el nombre de la ermita, ya que se encuentra situada encima de una ladera.
Aunque su origen debió de ser románico por su ábside semicircular, el resto de la ermita es del siglo XVI. También pudimos acceder al interior de esta sencilla ermita, que tiene una planta prácticamente cuadrada y está totalmente encalada. De las tres ermitas es la única que tiene un campanario, que se realizó en el siglo XVI, en una época de bonanza económica. Antes de construir la iglesia de San Martín en 1597, era la iglesia parroquial de Tella.
Justo enfrente de esta ermita se encuentra la última de las tres. La Ermita de la Virgen de la Peña se encuentra en un alto, que sirve de privilegiado mirador del entorno y que hace que tengas que esforzarte un poco más en subir hasta ella, pero no demasiado.
Es una ermita que ha sido muy modificada, y aunque también pudo ser románica en su origen, su estructura actual es del siglo XVI. Su interior, que también pudimos visitar, tiene una nave rectangular cubierta con bóveda de medio cañón, unida a la cabecera por un arco de medio punto.
Si vas en verano encontrarás todas las ermitas abiertas para su visita. El resto del año permanecen cerradas.
Volvimos a la senda principal que desde allí se dirige hacia el pueblo.
Esta vez entramos por la parte baja de Tella y pasamos por el museo llamado “La Casa de la Bruja“, que habíamos visitado ya en otra ocasión y que te recomiendo si quieres conocerlo todo sobre magia y etnobotánica del Alto Aragón.
Y de esta forma llegamos a la Iglesia de San Martín de donde habíamos partido.
Si quieres hacer la ruta de las ermitas de Tella, en esta zona no encontrarás mucha variedad de alojamiento, así que te recomiendo que busques alojamiento en Aínsa, que es la capital del Sobrarbe, y donde tienes más opciones.
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