Tres de los pueblos más bonitos de Burgos, Lerma, Santo Domingo de Silos y Covarrubias, forman lo que desde hace unos pocos años se conoce como el Triángulo del Arlanza.
Esta denominación se creó con fines turísticos, debido a la cercanía de los tres pueblos, a su importante patrimonio y a que todos ellos pertenecen al Valle del Arlanza, uno de los ríos más importantes de Burgos.
Esta ruta merece la pena recorrerla despacio, por eso, aunque normalmente se hace en coche, nosotros queremos proponerte que la hagas en scooter, practicando el slow driving, una nueva forma de viajar sin prisas, disfrutando tanto del trayecto como del destino. Si no tienes un scooter y, te apetece probar esta forma de conducción, hay muchas ofertas de motos scooter de segunda mano para iniciarte.
La Comarca del Arlanza es una de las más visitadas de Castilla y León y, no es de extrañar, pues Lerma y Covarrubias forman parte de la lista de “los pueblos más bonitos de España”. Es una zona repleta de historia que te transportará a la Edad Media, con unos paisajes increíbles que incluyen desfiladeros sorprendentes, una gran tradición vitivinícola con denominación de origen propia y una gastronomía para chuparse los dedos.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
- Mapa de lugares imprescindibles del Triángulo del Arlanza
- Ruta por el Triángulo del Arlanza
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Mapa de lugares imprescindibles del Triángulo del Arlanza
Ruta por el Triángulo del Arlanza
Te propongo comenzar la ruta en Burgos y dirigirte por la autovía A-1, en dirección Madrid, durante unos 35 kilómetros, hasta llegar a Lerma. Este es el único tramo de la ruta que discurre por autovía.
Lerma
El inconfundible perfil urbano de Lerma te da la bienvenida antes de llegar. La llamada Villa Ducal se encuentra sobre un cerro, por cuya base discurre el río Arlanza.
La villa de Lerma alcanzó su apogeo a partir de 1598, año en el que Felipe III nombró a Francisco Gómez de Sandoval y Rojas como primer valido y recibió el título de Duque de Lerma. Las reformas llevadas a cabo por este poderoso noble, que fue el más influyente de su época en toda Europa, hicieron que la villa burgalesa se convirtiese en la segunda corte del reino y en un ejemplo del urbanismo herreriano de los Austrias.
A tu llegada a Lerma, atraviesa el Arco de la Cárcel, único resto conservado de la antigua muralla medieval. Continúa después por la Calle Mayor hasta llegar a la imponente Plaza Mayor de Lerma, una de las más grandes de España. Allí puedes aparcar y comenzar a visitar la villa.
Lo primero que encontrarás es el Palacio Ducal, hoy convertido en Parador, que con sus inconfundibles cuatro pináculos de pizarra fue la residencia del todopoderoso Duque de Lerma. Es un lugar excelente para alojarte en Lerma o, al menos, para tomarte un café en la cafetería que ocupa el precioso patio interior del palacio.
Desde aquí, comienza el recorrido a pie por las calles empedradas de la villa, para descubrir el resto de sus monumentos, como la Colegiata de San Pedro, otra de las obras del duque, en la que no escatimó en gastos para engalanar su interior.
La cercana Plaza de Santa Clara, alberga la tumba del Cura Merino, un guerrillero de la Guerra de la Independencia que trajo de cabeza al mismísimo Napoleón Bonaparte. No olvides asomarte al Mirador de los Arcos, que se encuentra junto a la plaza, desde el que podrás admirar el paisaje del Valle del Arlanza.
Si continúas recorriendo la villa ducal, descubrirás la gran cantidad de conventos y monasterios que mandó edificar el duque: el Convento de San Blas; el Monasterio de la Ascensión, conocido también como Convento de Santa Clara; el Monasterio de Santa Teresa, que actualmente alberga la Oficina de Turismo; el Monasterio de la Madre de Dios y el Convento de Santo Domingo, hoy en día un centro cultural.
Con todo este patrimonio, seguro que no te extrañará saber que Lerma está incluido en la lista de los pueblos más bonitos de España.
Tras la visita a Lerma, pon rumbo en dirección Covarrubias por la BU-904, pero antes de llegar tienes que hacer una parada muy interesante y entretenida.
Territorio Artlanza
El siguiente punto en la ruta por el Triángulo del Arlanza se encuentra a 10 km de Lerma, en el pueblo de Quintanilla del Agua. Aquí encontrarás un lugar muy peculiar llamado Territorio Artlanza, que recrea un pueblo castellano, a tamaño natural, desde la edad media hasta hace 100 años.
Es el sueño hecho realidad de Félix Yáñez, un escultor local que a los 50 años tuvo que reinventarse. A base de esfuerzo, pasión y con materiales reciclados comenzó a construir una casa de entramado de madera típica de la zona y, a esta le siguieron muchas más.
En su afán por completar el pueblo creó una escuela con sus antiguos pupitres, plazas porticadas, cantina, dos corrales de comedias, panadería, carpintería, fragua, botica, la iglesia y se ha venido tan arriba que lo último que ha construido ha sido una catedral y, un pequeño parque de atracciones para niños.
Con sus 25.000 metros cuadrados se considera que es la escultura más grande del mundo.
La visita a este mágico pueblo se realiza por libre, podrás recorrerlo a tu aire mientras realizas un viaje al pasado. Se suele destinar una hora a visitar este lugar, aunque es muy fácil pasar de ese tiempo si te vas fijando en todos los detalles.
Tras la visita continúa la ruta por la misma carretera BU-904 hasta el siguiente punto.
Covarrubias
Tras recorrer 12 km llegarás a Covarrubias, otro de los pueblos destacados del Triángulo del Arlanza. Este pueblo medieval está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España y fue declarado Conjunto Histórico en el año 2001.
Todos sus rincones evocan su esplendoroso pasado, que estuvo unido al nacimiento de Castilla. En el siglo X, García Fernández, hijo del Conde Fernán González, fundó el infantado de Covarrubias, una singular y poderosa entidad señorial y jurídica que, durante 180 años estuvo gobernada por las infantas de Castilla.
Toda esta peculiar historia ha dado como resultado un rico patrimonio que podrás ver recorriendo las calles de Covarrubias.
Aparca junto a la impresionante puerta de entrada a la villa. Caminando, atraviesa el Arco del Archivo del Adelantamiento de Castilla, donde podrás ver el escudo de armas de Felipe II en la fachada. Un paseo por las calles y plazas de su casco histórico te permitirá descubrir la estructura medieval de su apretado caserío, que estuvo totalmente amurallado.
Conocerás las características de la arquitectura típica castellana, casas con la planta baja construida en piedra, mientras que las superiores, con adobe, entramado de madera y característicos balcones, son soportadas por columnas, creando soportales. Fíjate en las curiosas papeleras instaladas en Covarrubias, que reproducen la forma de sus casas tradicionales.
Con estas casas de origen medieval se alternan una serie de construcciones civiles y religiosas de gran importancia, como la Iglesia de Santo Tomás, el Torreón de Fernán González o la importante Excolegiata de San Cosme y San Damián, en la que se encuentra enterrada la princesa Kristina de Noruega, que contrajo matrimonio con el infante Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio. Una historia muy curiosa que si no la conoces te la contamos en este post:
Y si se te ha hecho la hora de comer aquí, te recomiendo el restaurante Casa Galín, ubicado en la Plaza Mayor y todo un clásico de Covarrubias. Allí, podrás degustar la gastronomía típica de la zona, acompañada, como no podía ser de otra forma, de uno de los vinos D.O. Ribera del Arlanza.
Monasterio de San Pedro de Arlanza
Antes de llegar al último pueblo del Triángulo del Arlanza, te recomiendo desviarte un poco y acercarte por la carretera BU-905 al Monasterio de San Pedro de Arlanza. Tan sólo lo separan 7 km de Covarrubias y la carretera que lleva hasta él va serpenteando por el fondo del pintoresco valle del Arlanza, por eso es ideal recorrerlo en scooter para disfrutar despacio de estos paisajes.
El desvío merece la pena tan sólo por ver el entorno en el que se ubican las ruinas del que fue uno de los monasterios más importantes de España, entre bosques de sabinas y espigones rocosos del Parque Natural Sabinares del Arlanza.
Según dice la leyenda, fue fundado en el siglo X por el padre del conde Fernán González. Algunos de sus descendientes, convertidos en reyes de Castilla, lo engrandecieron con tierras y privilegios.
Entre los restos que aún quedan en pie destacan los de época románica. La grandiosa iglesia abacial de San Pedro de Arlanza fue una de las primeras de la península, construidas en estilo románico. En el siglo XV algunos elementos románicos fueron sustituidos y ampliados por construcciones góticas y renacentistas, más del gusto de la época. El claustro que se puede ver hoy en día, fue construido en el siglo XVII, en estilo herreriano, a imagen de las construcciones de la cercana Lerma y, en sustitución del original románico.
La desamortización de Mendizabal acabó con sus 900 años de historia. Tras el abandono obligado de los monjes, casi todos sus tesoros, documentos y propiedades se desperdigaron o fueron pasto del pillaje. Aún en ruinas, continúa mostrando la grandeza que tuvo en su día.
Afortunadamente se están consolidando las ruinas y se puede visitar. Suele estar abierto de miércoles a domingo y el horario varía según la estación.
Desfiladero de La Yecla
Para visitar el siguiente punto del Triángulo del Arlanza, regresa por el mismo camino a Covarrubias y, una vez allí toma la carretera BU- 901 en dirección a Santo Domingo de Silos.
Poco antes de llegar a Silos, toma el desvío que sale a la derecha por la carretera BU-910 hasta atravesar un túnel. Poco después del túnel encontrarás el parking que se ha habilitado junto a un bar, para que puedas visitar el increíble Desfiladero de La Yecla.
Se trata de una profunda y estrecha garganta creada por el arroyo del Cauce, que tras millones de años de erosión a excavado las entrañas de las Peñas de Cervera, en cuyas peñas reinan los buitres leonados, alimoches y águilas reales.
En los años 30 del siglo XX se instalaron una serie de escaleras, puentes y pasarelas para poder recorrer el fondo de este estrecho y profundo cañón. Esas pasarelas han sido recientemente renovadas y en un recorrido de poco más de medio kilómetro, permite contemplar pequeñas cascadas, rápidos, sumideros y marmitas de gigante.
El recorrido es gratuito, sencillo y muy corto, pero si tienes tiempo, puedes ir y volver caminando desde Santo Domingo de Silos, ya que acaban de habilitar un nuevo tramo que los enlaza.
Santo Domingo de Silos
Vuelve por la misma carretera hasta Santo Domingo de Silos, el último punto que visitarás en el Triángulo del Arlanza. Encontrarás un parking a la entrada del pueblo, frente al Hotel Silos 2000.
El pueblo ha crecido a la sombra de su famoso Monasterio Benedictino de Santo Domingo de Silos. De su pasado, como próspera villa dedicada al comercio y a los oficios artesanos, son testigo las numerosas casas blasonadas que encontrarás en tu paseo. Entre ellas destaca la Casa Grande, un edificio del siglo XVIII que se encuentra en la Plaza Mayor y que actualmente es un hotel. O la Casa de las Tres Condesas, en el que se encuentra ubicado el Museo de los Sonidos del Mundo, con instrumentos musicales de todos los continentes.
Pero, sin duda, lo que no te puedes perder en Santo Domingo de Silos es la visita al interior del monasterio. Aunque, en origen, este monasterio se denominaba Monasterio de San Sebastián, el cambio de nombre tuvo lugar tras la muerte del Abad Domingo Manso, que lo restauró tras los ataques musulmanes de finales del siglo X.
Domingo planificó en estilo románico el nuevo claustro, la iglesia y resto de dependencias, convirtiendo a este monasterio en uno de los más importantes de Castilla. Otro elemento fundamental del monasterio fue su scriptorium, del que salieron obras tan importantes como su “Comentario del Apocalipsis de Beato” del siglo XI.
De la iglesia románica ya no queda nada, ya que fue sustituida en el siglo XVIII por una construcción neoclásica de Ventura Rodríguez. Pero, lo que si que se conserva y, es digno de visitar, es su precioso claustro románico, de doble planta, una de las cumbres del arte cristiano medieval europeo, que ha llegado casi intacto hasta nuestros días. Fíjate en los detalles de los capiteles y, sobre todo, en la columna torsa y su efecto visual, aunque sólo veas tres columnas entrelazadas entre sí, en realidad hay cuatro, no verás nada igual en ningún sitio.
Si vas un domingo, tendrás la oportunidad de oír el canto gregoriano con el que acompañan la misa los monjes del monasterio.
Con la visita al monasterio finalizaría esta propuesta de ruta por el Triángulo del Arlanza, aunque esta zona tiene muchos más lugares de interés, por lo que te animo a descubrirlos entre nuestras propuestas de 100 cosas singulares que puedes hacer en Burgos.
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