La Montaña Palentina es a la vez uno de los enclaves más interesantes y desconocidos de la Cordillera Cantábrica, un mundo en el que la naturaleza y el arte se fusionan para crear un lugar muy especial.
Como hemos tenido la fortuna de poder recorrerla y disfrutarla durante un largo fin de semana otoñal, queremos compartir contigo nuestra experiencia, para que conozcas algunas de las muchas posibilidades que te ofrece este maravilloso lugar en el que disfrutar de experiencias únicas.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
Una pequeña idea de cómo es la Montaña Palentina
La Montaña Palentina forma parte de la Cordillera Cantábrica y ocupa completamente toda la franja norte de la provincia de Palencia.
Se trata de un entorno protegido bajo la figura del Parque Natural de la Montaña Palentina. Además, pegado a él en su zona sur, se encuentran el Espacio Natural de Las Tuerces y el Espacio Natural de Covalagua, así como el Geoparque Mundial Unesco de Las Loras.
Es un lugar que mantiene una naturaleza privilegiada y desbordante, con cumbres que superan los 2500 metros de altura y en cuyas laderas crecen hayedos y robledales en estado casi virginal. En su interior, todavía se refugian los últimos osos, así como lobos que predan sobre la nutrida población de ciervos que aquí habitan. Y en sus cielos, es frecuente observar el vuelo majestuoso de las águilas reales y a los buitres leonados que planean incansables buscando alimento.
La Montaña Palentina tiene además la suerte de contar con el conjunto de iglesias románicas más importante y extenso de Europa, lo que le aporta un plus de interés muy importante a nivel artístico y cultural.
Los pueblos más destacados de esta zona norte de Palencia son Cervera de Pisuerga, Aguilar de Campoo y Guardo, aunque en los gloriosos tiempos de la minería del carbón, Barruelo de Santullán llegó a hacerles sombra a todos ellos.
Sábado de ruta en la Montaña Palentina
La berrea del ciervo en la Montaña Palentina
Teníamos muchísimas ganas de disfrutar de la berrea del ciervo en las montañas de Palencia, por lo que no nos costó nada el madrugón que nos dimos el sábado para estar a las siete de la mañana en Rebanal de las Llantas. Desde allí y a medida que iba amaneciendo, ascendimos por el Valle Estrecho hasta el Refugio de la Espina, lugar desde el que se dominan las laderas de Peña Redonda. Por el camino se oía constantemente el bramido de los ciervos en las laderas cercanas y ululaba algún cárabo que se espantaba a nuestro paso.
La experiencia resultó de lo más gratificante ya que, gracias a la experta ayuda de Manuel, guía de montaña de Valles y Cumbres, pudimos ver un montón de harenes de ciervas, vigiladas por un celoso macho que evitaba a toda costa la presencia de competidores.
El lugar es fantástico y con unas vistas maravillosas y, como además cerca de él hay un magnífico hayedo muy bien conservado, aprovechamos para dar un pequeño paseo por el bosque en el cual descubrimos indicios recientes de la presencia de osos pardos (vamos, lo que vienen siendo excrementos).
Con el madrugón no habíamos tenido ni tiempo de desayunar, así que fue una inmensa sorpresa el almuerzo de montaña a base de huevos fritos con morcilla y bacon, que nos ofreció Cocina de Altura. Todavía se me hace la boca agua, recordando como disfruté de semejante manjar en lo alto de la montaña.
Si quieres conocer más lugares en los que ver y oir la berrea en España, no te pierdas este post de nuestro blog.
Y si quieres hacer una de las rutas senderistas más bonitas de la Montaña Palentina, hasta la escondida Tejeda de Tosande, aquí te contamos todo para que la disfrutes.
Cervera de Pisuerga, un Conjunto Histórico rodeado de montañas
Cervera de Pisuerga está enclavada en medio de un paisaje natural impresionante, en el que el ciervo campa a sus anchas. De hecho, en el escudo de Cervera hay un ciervo y el origen de su nombre viene de Cervaria, por la cantidad de ciervos que allí habitan desde antaño.
Como la mañana todavía daba algo de sí antes de ir a comer, decidimos dar un pequeño paseo por Cervera de Pisuerga para conocerla, ya que se trata de una de las villas más bonitas e interesantes que se pueden encontrar en el entorno de la Montaña Palentina y, cuenta además con un patrimonio artístico y cultural muy interesante.
Además de las casonas solariegas de los siglos XV al XVII, como la de los Condes de Siruela o la de “Los Leones”, en Cervera de Pisuerga hay que visitar la iglesia de Santa María del Castillo, que ocupa el lugar en el que estuvo una antigua fortaleza y contiene la tabla de Juan de Flandes titulada «La Adoración de los Reyes», con la que el pintor se presentó ante los Reyes Católicos para postularse como pintor de la corte.
No hay que olvidarse de recorrer su plaza mayor porticada, que todavía conserva los postes y capiteles de los siglos XVI y XVII.
Y si das un paseo por las afueras del pueblo, busca la ermita rupestre de San Vicente, un pequeño hipogeo tallado en roca arenisca por los eremitas del siglo IX, en cuyo alrededor se conservan varias tumbas antropomorfas.
Si te ha sorprendido esta ermita rupestre, seguro que también te gustará visitar la cercana iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga, sin duda una de las impresionantes de España.
DÓNDE COMER EN LA MONTAÑA PALENTINA
Hay un montón de sitios en los que disfrutar de la exquisita gastronomía del norte de la Provincia de Palencia. Como no podíamos ir a todos, decidimos optar por establecimientos de calidad reconocida, y podemos asegurarte que acertamos. Nuestra selección fue la siguiente:
El Restaurante Peña Labra, en Cervera de Pisuerga, donde degustamos una cocina tradicional deliciosa, con productos frescos de temporada de la Montaña Palentina.
La Posada Santa María la Real, en Aguilar de Campoo, un lugar elegante en un edificio histórico, donde probamos verdaderas exquisiteces del norte de Palencia.
El Convento de Mave, en Mave, donde conocimos la fusión de la cocina moderna con la tradicional castellana, dentro de un edificio realmente impresionante.
El Románico Palentino, la joya de la Montaña Palentina
Después de una buena comida, se imponía conocer algunos de los lugares emblemáticos del románico palentino, el principal tesoro artístico de las montañas de Palencia.
Casi sesenta templos con elementos románicos comprenden el llamado románico norte o de la Montaña Palentina, y el número sobrepasa los cien si sumamos el románico de las limítrofes comarcas de Ojeda, Boedo y Valdavia. Está claro que con semejante número hay que seleccionar porque es imposible verlo todo.
Este impresionante patrimonio todavía no tiene el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, aunque casi seguro que en poco tiempo lo conseguirá con el impulso del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real, que tiene su sede en Aguilar de Campoo.
El primer lugar que visitamos fue el Monasterio de San Andrés de Arroyo, cuyo nombre verdadero es Monasterio de Santa María y San Andrés. Lo fundó la Condesa Mencía López de Haro en 1181, para que fuera ocupado por monjas cistercienses.
Es Bien de Interés Cultural y todo él es una maravilla, destacando sobre todo su claustro, con unas magníficas columnas esquineras que están coronadas por unos capiteles únicos, dada la delicadeza con que fueron esculpidos.
De aquí fuimos a la iglesia de San Juan Bautista de Moarves de Ojeda, del siglo XII, que también cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural.
Su portada, presidida por un pantocrátor de dimensiones enormes, con un Cristo rodeado del Tetramorfos y custodiado por los Doce Apóstoles, deja sin habla a todo el que la visita.
El último lugar que conocimos fue el Monasterio de Santa María de Mave, muy próximo a la localidad de Mave, que cuenta con una iglesia románica del siglo XIII, que pertenece al llamado románico de transición.
El monasterio es hoy de propiedad particular y ha sido transformado en uno de los establecimientos hosteleros más afamados del entorno de la Montaña Palentina.
Un paseo por Aguilar de Campoo, la villa galletera
El final de la tarde lo destinamos a recorrer las calles de la industriosa villa de Aguilar de Campoo, con un nombre que evoca la cantidad de aves rapaces que habitaban la zona en la antigüedad y, famosa porque desde siempre ha sido el centro neurálgico de la elaboración de galletas en el norte de España.
Aunque nosotros tuvimos que acortar porque ya se acababa el día, la localidad da realmente para una visita de día completo.
Hay muchos lugares imprescindibles que no te debes perder. Los dos primeros son las ruinas del Castillo, que domina el caserío, y la iglesia románica de Santa Cecilia, situada en las faldas de la montaña en las que se asienta aquel.
Ya en el pueblo, tienes que visitar la Colegiata de San Miguel, situada en la cabecera de la Plaza de España de la villa. A priori, el templo llama la atención por sus grandes dimensiones, pero si por algo sobresale de verdad, es por la calidad artística de su interior y de las obras de arte que atesora.
Aguilar de Campoo fue una villa amurallada y, aunque no quedan demasiados restos de su muralla, sí que guarda todavía seis de las siete puertas que llegó a tener.
Para finalizar, no dejes de visitar el Museo del Románico de la Fundación Santa María la Real, que tiene aquí su sede gracias al impulso del famoso arquitecto cántabro José María Pérez “Peridis”.
NUESTRA RECOMENDACIÓN PARA ALOJARTE EN LA MONTAÑA PALENTINA
Después de un día tan ajetreado se impone un buen descanso. El lugar que escogimos nosotros fue el Parador de Cervera de Pisuerga. Se trata un establecimiento muy cómodo y agradable, con unas habitaciones muy amplias decoradas en estilo castellano, que cuenta además con una cocina exquisita y de calidad. Está situado en plena montaña, a escasos dos kilómetros de Cervera de Pisuerga, siguiendo la carretera P-210 que se dirige a Velilla del Río Carrión, la conocida como Ruta de los Pantanos.
Cuando reserves alojamiento, pide una habitación con vistas al Pantano de Ruesga, ya que el paisaje que se contempla es una maravilla. Si vas en la época de la berrea del ciervo, asómate a la terraza al amanecer y al anochecer, y podrás oir a lo lejos el bramido de los machos resonando en las montañas.
Domingo de ruta en coche por la Montaña Palentina
Turismo activo en la Montaña Palentina
Nuestro segundo día de visita comenzó con ritmo fuerte, ya que dedicamos prácticamente toda la mañana a realizar actividades de turismo activo en el Parque Ferroviario de Barruelo de Santullán.
Se trata de unas instalaciones muy completas que ocupan la antigua estación de ferrocarril, en la que en los años gloriosos de la minería del carbón, se cargaba el mineral extraído de las minas para su uso en el propio ferrocarril. Hace años que toda esta industria cayó en desuso, por lo que hacen falta iniciativas inteligentes como esta para revitalizar los núcleos rurales.
Primeramente, nos dedicamos a iniciarnos en el tiro con arco, una disciplina que al final no se nos dio tan mal y con la que disfrutamos mucho atinando a las dianas.
Y para terminar la mañana, nos dedicamos a la actividad estrella: ruta con buggies todoterreno. Fue una auténtica gozada conducir con estos versátiles vehículos por el terreno accidentado de las antiguas escombreras de la actividad minera y, por caminos embarrados en los que, de otra forma, sería imposible internarse. Menos mal que íbamos equipados con la ropa impermeable que nos prestaron, porque con las salpicaduras de barro nos pusimos perdidos de pies a cabeza.
En la Montaña Palentina hay montones de actividades de turismo activo para todos los gustos. Una de las que más público atrae es la denominada el Robledal del Oso, en Cervera de Pisuerga, un parque de cuerdas con diferentes circuitos, lleno de tirolinas y todo tipo de retos, en los que podrás probar tu habilidad en las alturas, con todos los elementos de seguridad necesarios.
La Cueva de los Franceses, el tesoro subterráneo del Geoparque Mundial de las Loras
Nuestra última actividad del fin del día, y del fin de semana, fue recorrer la Cueva de los Franceses, uno de los lugares más destacados del Geoparque Mundial de las Loras, declarado por la Unesco en 2017.
La Cueva de los Franceses se encuentra muy cerca de Revilla de Pomar, en lo alto del páramo de la Lora de Valdivia, y recibe su nombre del hecho de que se cuenta que, en una de sus simas, depositaban los cuerpos de los franceses fallecidos en las contiendas de la Guerra de la Independencia. No se sabe si esto es cierto o no, pero de lo que sí que hay certeza absoluta, es de la impresionante belleza de su interior.
A través de un recorrido habilitado con pasarelas, se va pasando por diferentes salas, a cada cual más espectacular, en la que la paciente acción del agua ha dado lugar a formaciones calcáreas (espeleotemas) de una belleza y delicadeza digna de admirar.
Fue una pena dejar este maravilloso mundo subterráneo, ya que con él finalizó nuestro fantástico fin de semana en la Montaña Palentina. Pero no hay que ponerse nostálgicos, porque seguro que no es un adiós, sino un simple hasta luego.
Si te has quedado con ganas de conocer más ideas para hacer en España durante el otoño, podrás encontrarlas todas en este post:
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Queremos agradecer a Turismo de Palencia, Visual Creative, Somos Palencia y Viajes Spacio Libre por haber contado con nosotros para participar en esta #QuedadaXPalencia. Todas las opiniones expresadas en el post son nuestras y provienen de nuestra experiencia personal.