¿Quieres descubrir el patrimonio más desconocido del norte de la Provincia de Burgos? Acompáñanos en este viaje para descubrir qué ver en las Merindades de Burgos.
Ubicada en la zona norte de la Provincia de Burgos, en lo que podría considerarse como el Burgos cantábrico, la comarca de las Merindades es uno de sus territorios más desconocidos y con mayor personalidad. Dentro de su amplia extensión alberga un rico patrimonio artístico y cultural que no puedes perderte, para lo cual te proponemos estos destinos singulares que no puedes perderte.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
- Mapa de las Merindades de Burgos
- El patrimonio más desconocido que ver en las Merindades de Burgos
- La Calzada Romana de Irús – Camina por una calzada romana
- El Castillo de Frías – Sube hasta lo más alto de la torre de un castillo roquero
- El Puente de Frías – Cruza el río Ebro por un puente medieval fortificado
- La Ermita de San Pantaleón de Losa – Descubre el esoterismo de una ermita recóndita
- La Iglesia de Santa María de Siones y otros lugares – Recorre los lugares asociados a la leyenda del Santo Grial
- Las Torres de Medina de Pomar – Visita las dos torres, y no son las del Señor de los Anillos
- Espinosa de los Monteros – Recorre la villa de origen de los Monteros Reales
- La Colegiata de Valpuesta – Descubre el lugar de origen de las primeras palabras escritas en castellano
- El Eremitorio de San Miguel de Presillas – Visita un eremitorio medieval
- La Iglesia de San Pedro de Tejada – Disfruta del románico más puro
- Dónde alojarte para ver el patrimonio de las Merindades de Burgos
- Más ideas para descubrir Burgos
- Dónde y cuándo ver los cerezos en flor del Valle de Caderechas
- Lagunas de Neila: 7 rutas por un paisaje de las glaciaciones en Burgos
- Burgos de leyenda, una visita guiada para conocer el Burgos más misterioso
- 6 Lugares que ver en el Triángulo del Arlanza de Burgos
- Descubre el Alto Rudrón entre nutrias y rapaces
- Un paseo por Valdelateja y una ruta a Siero con su ermita encaramada
Mapa de las Merindades de Burgos
El patrimonio más desconocido que ver en las Merindades de Burgos
La Calzada Romana de Irús – Camina por una calzada romana
Al igual que en la práctica totalidad de los lugares de la vieja Europa, el Valle de Mena cuenta hoy en día con una tupida red de sendas, caminos y carreteras que te llevan a casi cualquier punto de su geografía.
Pero hubo un tiempo hace 2000 años en que esto no era así y, salvo pequeñas sendas y estrechos caminos, no había ninguna vía principal que vertebrase las comunicaciones, salvo la calzada romana que atravesaba el Valle de Mena comunicando entre si Pisoraca (Herrera de Pisuerga) y Flaviobriga (Castro Urdiales).
El tramo mejor conservado de la calzada romana se encuentra muy cerca de Irús, un pequeño pueblo con encanto y casi deshabitado, con un extraño nombre de raíces euskeras y, que según algunos entendidos quiere decir “tres pueblos”, en alusión a que, en tiempos, este punto era el límite entre los territorios de los várdulos, cántabros y vascones.
Este tramo de casi 3 kilómetros de longitud y 4 metros de anchura, permite ver la superestructura de la obra formada por un eje longitudinal y pequeños adoquines dispuestos transversalmente, que cuenta además con pequeños muros de protección y contención en las zonas donde los desmontes o terraplenes lo hacen preciso.
Esta calzada ha soportado estoicamente el paso del tiempo, y sirvió con posterioridad a la época romana como vía de entrada de los foramontanos que a finales del siglo VIII repoblaron la primitiva Castilla.
Por cierto, que en la cercana localidad de Taranco, había un cenobio donde al dictado del Abad Vitulo, el Notario Lope escribió por primera vez la palabra “Castilla” el 15 de septiembre del año 800; tal y como puedes verlo en una placa conmemorativa que hay allí.
Mas tarde, esta calzada sirvió también como parte de la ruta jacobea, enlazando la costa vasca con Carrión de los Condes, para desde allí seguir el recorrido clásico o Camino Francés.
Hoy día te permitirá dar un agradable paseo para descubrir todo esto que te comentamos y, dado que sigue paralela al curso del Río Hijuela, te llevará hasta las cascadas que forma este curso de agua, y que son uno de los tesoros más desconocidos del Valle de Mena.
El Castillo de Frías – Sube hasta lo más alto de la torre de un castillo roquero
Frías es una de esas localidades que tienes que ver si vienes a las Merindades de Burgos. Además de estar considerada como uno de los pueblos más bonitos de España, es a su vez la ciudad más pequeña de España.
La visita a la localidad no te dejará indiferente y disfrutarás subiendo por sus empinadas calles y contemplando sus casas colgadas; pero si hay algo que no puedes perderte, es subir hasta lo más alto de la torre de su castillo.
El Castillo de Frías es realmente espectacular, con el puente levadizo que salva el foso de la entrada, los pasillos de defensa que acceden al patio central, el amplio patio de armas, y como no, la imponente torre asentada desafiante sobre un peñasco rocoso.
Subir hasta lo más alto de la torre requiere un mínimo de precaución ya que hay algún paso un tanto peligroso y empinado, y ya te advierto que una vez que llegues a lo más alto, la visión que tendrás no es apta para quienes padecen de vértigo. Pero eso sí, es una de las mejores que pueden tenerse de todo el entorno del Valle de Tobalina.
Puedes tener más información de Frías en nuestro post:
El Puente de Frías – Cruza el río Ebro por un puente medieval fortificado
Desgraciadamente, la provincia de Burgos no es rica en puentes monumentales, y mucho menos en puentes romanos, a pesar de que mucha gente llama romano a cualquier puente de fábrica de piedra, sin saber que quizá no tenga una antigüedad de más de 200 o 300 años.
En mi opinión, hay dos puentes que realmente merece la pena conocer en Burgos, y los dos cruzan sobre el Río Ebro. Uno es el de Pesquera de Ebro, y el otro es el puente fortificado de Frías, el único que hay en todo Burgos de esas características.
La Ciudad de Frías está delimitada por el Río Ebro al norte y por los Montes Obarenes al sur, de tal forma que se encuentra a la salida del Desfiladero de Tobera, un paso natural que cruza estas sierras de norte a sur.
Así pues, no es de extrañar que este lugar haya sido desde la época de los romanos un emplazamiento estratégico que ellos, con su particular sentido práctico, ya supieron utilizar construyendo una calzada romana que pasando por Frías comunicaba el norte del Ebro con las fértiles tierras burgalesas de la Bureba.
Esta calzada es visible todavía en algunos puntos y enfila claramente hacia la ubicación del actual puente de Frías, que sin tener hoy nada de romano, si lo fue en sus orígenes, o al menos sustituyó a alguna construcción romana.
Lo que sí es cierto es que el emplazamiento primitivo siguió siendo estratégico durante muchos siglos, motivo por el que sobre los antiguos tajamares romanos se construyó el actual puente fortificado de 143 metros de largo y 11 metros de altura máxima, que presenta fábricas medievales de los siglos XII a XIV.
El puente tiene 9 ojos, siendo los arcos centrales apuntados y los de los extremos ligeramente rebajados.
Ya entrado el siglo XIV, se le añadió una esbelta torre almenada de planta pentagonal irregular y 9 metros de altura sobre la calzada del puente, que sirvió para cobrar los derechos de paso y es hoy la seña distintiva de esta hermosa estructura.
La Ermita de San Pantaleón de Losa – Descubre el esoterismo de una ermita recóndita
Si buscas la que seguramente es la iglesia románica más importante y bella de la provincia de Burgos, tendrás que desplazarte hasta Puente Arenas para visitar allí la Iglesia de San Pedro de Tejada, de la cual te hablaré más adelante.
Pero si lo que quieres es ver una de las iglesias románicas de España con más esoterismo y misterio, y que además se encuentra en un emplazamiento realmente espectacular, entonces no puedes perderte una visita a la Ermita de San Pantaleón de Losa.
La ermita románica fue construida entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII, y está catalogada como monumento histórico-artístico. Su ubicación no puede ser más original, pues se encuentra en lo alto de la Peña Colorada, una roca con forma de quilla de barco que domina el Valle de Losa, y a cuyos pies está la localidad de San Pantaleón de Losa.
Aunque de pequeño tamaño, la ermita es un edificio singular y cuenta con una portada muy curiosa, dominada por la figura a tamaño natural de un atlante que viste un traje oriental y luce una larga barba, y que podría ser Sansón, el héroe hebreo del Antiguo Testamento.
En la misma portada pueden verse en los capiteles los diferentes martirios que sufrió San Pantaleón, y en las arquivoltas aparecen figuras humanas que se piensa que representan personas emparedadas en los arcos, dado que sólo se les ven la cara y los pies.
Pero quizá lo más singular de esta construcción sean todos los misterios que la envuelven, siendo el principal de ellos la relación que existe entre la ermita y la leyenda del Santo Grial, ya que, según algunos estudiosos del tema, éste pudo estar custodiado en la ermita de San Pantaleón de Losa hasta que en algún momento de su historia alguien lo sustrajo o se lo llevó de allí.
Por si todo esto fuera poco, y ya en otro orden de misterios o milagros, parece ser que los restos de San Pantaleón se conservaron en esta ermita, así como una ampolla de su propia sangre. Según cuenta la leyenda, esta sangre ya reseca con el paso del tiempo, se licúa el día de la festividad del Santo, motivo por el que desde antaño numerosos curiosos peregrinaban hasta la ermita para ver el milagro con sus propios ojos y honrar a San Pantaleón.
Si quieres ser tu quien sea testigo del milagro, o sólo quieres contemplar esta reliquia, podrás hacerlo visitando el madrileño Convento de la Encarnación, ya que la ampolla con la sangre se guarda y venera actualmente en dicho lugar.
La Iglesia de Santa María de Siones y otros lugares – Recorre los lugares asociados a la leyenda del Santo Grial
Te acabo de contar lo especial que es la Ermita de San Pantaleón de Losa y la relación que, según algunos historiadores, tiene con la leyenda del Santo Grial y, consecuentemente con los guardianes de este cáliz sagrado, la Orden de los Templarios. Esta Orden fue fundada por un grupo de caballeros cruzados, cuya misión era la de defender los Santos Lugares y a quienes peregrinaban a Tierra Santa.
Dicho así, no parece que haya mayores pruebas de la veracidad histórica de lo que te he indicado, pero hay una serie de datos que pasaré a contarte, que hace que muchos se planteen esta posibilidad como un hecho realmente cierto.
Parece claro, para la mayor parte de los historiadores, que el Grial pasó de Francia a España en torno al año 1000, siendo a partir de este momento donde se le pierde la pista. Según algunos investigadores el Grial pudo conservarse durante largo tiempo en la Ermita de San Pantaleón de Losa, lo cual vendría corroborado por el hecho de que muy cerca de ella se encuentran las localidades de Siones y Criales, así como la Sierra Salvada y la Sierra de la Magdalena. Te preguntarás qué tienen que ver cada uno de estos topónimos con la leyenda del Santo Grial, ¿verdad?, pues te lo contaré:
Para empezar, te diré que el nombre de Criales (griales, Grial), no es sino una alusión directa al nombre de la copa donde José de Arimatea recogió la sangre de Cristo tras ser crucificado.
Siones es una alusión a Sión, el monte de Tierra Santa en el que los cruzados, tras conquistar Jerusalén, erigieron sobre una antigua iglesia bizantina la Iglesia de Santa María. Los sacerdotes que atendían esta iglesia eran conocidos como el Priorato de Nuestra Señora de Sión.
Para añadir más misterio al asunto, sucede que en esta localidad burgalesa de Siones, existe una magnífica iglesia románica con una extraña y enigmática iconografía y cuya visita te recomiendo. Resulta, que su nombre es también el de Santa María -igual que la del Monte Sión-, y su origen se atribuye también, según algunos expertos, a la Orden Templaria.
En la Sierra Salvada es donde se ha querido ver la ubicación del Mont Salvat, lugar donde los templarios custodiaban el Santo Grial, según cuenta la mitología griálica.
Y para finalizar, la Sierra de la Magdalena haría referencia a María Magdalena y la supuesta descendencia de Jesús. Esta teoría defiende que los templarios, a través de un linaje secreto de la dinastía merovingia, que a su vez era el propio Priorato de Sión, eran los descendientes de Jesús y María Magdalena. Es decir, serían los descendientes de Jesús, siendo de esta forma ellos mismos los custodios de la propia sangre de Jesús, y en cierta forma, el propio Grial.
Coincidencia o no, para algunos son datos suficientes como para considerar cierto que el Grial se guardó durante muchos años en San Pantaleón de Losa, hasta que desapareció de allí.
En cualquier caso, no te pierdas una visita a estos lugares que te he señalado, ya que lo merecen.
Las Torres de Medina de Pomar – Visita las dos torres, y no son las del Señor de los Anillos
Uno de los pueblos que ver en las Merindades de Burgos es Medina de Pomar. En él oirás hablar de «Las Torres», este nombre aparentemente tan humilde, no le hace mucho honor al imponente Castillo de Medina de Pomar, una de las mejores muestras de arquitectura militar de toda Castilla, y que, a día de hoy, se encuentra en muy buen estado de conservación, siendo su interior visitable.
Fue la todopoderosa familia de los Fernández de Velasco, los Condestables de Castilla que durante siglos ejercieron una enorme influencia sobre los reyes de España, quienes mandaron edificar esta fortaleza a finales del siglo XIV, siguiendo el estilo de las fortalezas árabes o alcázares.
Tan importante fue esta familia, que su primer miembro destacado, Pedro Fernández de Velasco y su esposa Mencía de Mendoza, se hicieron enterrar dentro de la Catedral de Burgos, en la Capilla de los Condestables.
La geometría del edificio es muy sencilla, con dos torres laterales de planta cuadrada, unidas por un edificio central que alberga un palacio del que todavía se conservan frisos con yeserías de estilo mudéjar. A pesar de su sencillez, las impresionantes dimensiones del edificio hacen de él una fortaleza monumental.
Dentro del alcázar se encuentra actualmente el Museo Histórico de las Merindades, donde se guardan documentos, manuscritos, restos arqueológicos y enseres que muestran la historia de Medina de Pomar y del resto de Las Merindades.
El museo cuenta con cuatro plantas, y es en la primera donde se encuentra la Sala Noble, en la que se representa una ambientación del siglo XVI. Si subes hasta la parte más alta, podrás salir a la terraza exterior de una de las torres y disfrutar de una vista maravillosa del entorno.
Espinosa de los Monteros – Recorre la villa de origen de los Monteros Reales
Cuenta la historia que un escudero del Conde Sancho García, el mismo que fundó el Monasterio de San Salvador de Oña y fue enterrado en su panteón real, descubrió una traición contra el conde. En recompensa, éste le dio una heredad en la actual Espinosa de los Monteros, y a sus descendientes el privilegio de ser sus guardias de escolta, tanto durante el día como durante la noche.
Del linaje del Conde Sancho García descendió el linaje posterior de los Reyes de España, así que desde entonces, la misión de los Monteros Reales de Espinosa fue la de custodiar la alcoba de los reyes, cerrar el palacio, custodiar sus llaves, y velar para que nadie permaneciera en él durante el descanso real.
El número máximo de monteros se alcanzó durante los reinados de Isabel la Católica y de su nieto el emperador Carlos I de España, llegando hasta un total de 48 miembros. Esta guardia permaneció prestando sus funciones hasta el exilio del rey Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República en 1931, momento en el que fue disuelta perdiéndose el privilegio multisecular que habían tenido los nacidos en esta villa.
Cuando en 1975 se instauró de nuevo la monarquía tras la dictadura franquista, el Rey Juan Carlos I recuperó esta guardia, pero a título honorario y sólo en el nombre, sin mantener el antiguo privilegio para los espinosiegos.
Espinosa de los Monteros es otro de los pueblos imprescindibles que ver en las Merindades de Burgos.
Como puedes imaginarte, y ante semejante favor real, la cantidad y calidad de casas señoriales y palacios en Espinosa de los Monteros es realmente abultado, así que te aconsejamos que no dudes en darte una vuelta por el pueblo y perderte callejeando para ver la impresionante fachada del Palacio de Chiloeches, la Torre de los Velasco, el Palacio de los Fernández-Villa, la Torre de los Azulejos, el Palacio de los Marqueses de las Cuevas de Velasco, el Palacio del Marqués de Legarda, la Torre de los Monteros o la Torre de Cantinflor.
Si te quedan tiempo y ganas, y aprovechando que estás en la zona burgalesa de la comarca pasiega, podrás ascender a los puertos de La Lunada, La Sía o Estacas de Trueba, que comunican Burgos con Cantabria y que ofrecen paisajes impresionantes y multitud de rutas senderistas.
La Colegiata de Valpuesta – Descubre el lugar de origen de las primeras palabras escritas en castellano
Todo el mundo ha oído decir hasta la saciedad, que las primeras palabras escritas en castellano aparecen en las Glosas Emilianenses, pero eso es porque no se han leído el Estatuto de Autonomía de Castilla y León, que en su Preámbulo indica claramente que los primeros testimonios escritos en castellano aparecen en el Becerro Gótico de Valpuesta, llamado así porque para escribir los textos se utilizaron pieles curtidas de terneros o becerros.
Estos Becerros o Cartularios de Valpuesta, que abarcan textos fechados desde el año 804 al 1200, son anteriores a las Glosas Emilianenses, y son los primeros textos y vestigios en castellano y los más antiguos hasta ahora conocidos.
En noviembre de 2010 la Real Academia Española de la Lengua los avaló en su condición de primeros textos escritos en castellano y publicó los dos volúmenes de estos cartularios, los llamados Becerros Gótico y Galicano.
Aunque los originales están en el Archivo Histórico Nacional, merece la pena desplazarse hasta Valpuesta y conocer de primera mano la Iglesia-Colegiata de Santa María de Valpuesta, cuyos orígenes se remontan al año 804, cuando se construye la iglesia visigótica que sería sede episcopal para impulsar la repoblación del territorio en plena reconquista.
Después de muchas vicisitudes, la iglesia se reconstruye en el siglo XIV quedando el edificio actual que tiene un magnífico retablo del siglo XVI. Como en muchos otros casos, la desamortización de Mendizábal supuso su abandono y el inicio del consecuente proceso de deterioro.
Como la colegiata no tiene luz, si quieres visitarla tendrás que ir por la mañana y preguntar por el vecino del pueblo que tiene las llaves, quien amablemente te la mostrará.
Como curiosidad te contaré (y puedes verlo en Google Maps) que, aunque Valpuesta está dentro del territorio de la Provincia de Burgos y no aislada en ningún territorio isla, si quieres acceder a esta población por carretera hay que salir forzosamente de la provincia de Burgos y acceder desde la provincia de Álava.
El Eremitorio de San Miguel de Presillas – Visita un eremitorio medieval
Junto a la localidad de Presillas de Bricia, y en medio de un bonito robledal, se alza una roca solitaria que guarda en su interior una auténtica joya medieval del siglo X: el Eremitorio Altomedieval de San Miguel de Presillas.
Se trata de una iglesia rupestre de dos pisos excavada en la blanda roca arenisca por anacoretas medievales. El piso inferior tiene tres naves separadas por dos arcadas de medio punto, y de él parte una escalera que sube al piso superior, que cuenta con una tribuna.
El acceso al interior de la iglesia está restringido a fin de no dañar la roca tan blanda y sensible y evitar actos de vandalismo, y para verla se ha dispuesto una escala metálica por la que accedes hasta la parte exterior del segundo piso, y desde donde las vistas del interior son privilegiadas.
Si quieres conocer otra iglesia rupestre espectacular, te proponemos que visites la palentina de Olleros de Pisuerga.
La Iglesia de San Pedro de Tejada – Disfruta del románico más puro
Todos los aficionados al arte románico saben que Castilla y León y Cantabria –con el perdón de otras comunidades-, cuentan con las mejores representaciones de arte románico a nivel nacional. Así que una de las cosas que tienes que ver en las Merindades de Burgos, con respecto al arte románico, es la Iglesia de San Pedro de Tejada. Una auténtica enciclopedia de arte románico emplazada a la afueras de la localidad de Puente Arenas, y que te dejes invadir por el Síndrome de Stendhal que te producirá la visión de la mejor joya del románico burgalés.
Esta bonita iglesia, que data de principios del siglo XII, formó parte del Monasterio de San Pedro de Tejada, del cual no hoy no queda prácticamente nada, y que a su vez dependía del todopoderoso Monasterio de San Salvador de Oña.
La situación de aislamiento de la iglesia respecto del caserío resalta sus formas armoniosas, la esbeltez y solidez de su construcción y la pureza de su estilo románico.
Su planta es de una sola nave, con la bóveda de cañón y el acceso situado a poniente. El ábside es semicircular y el conjunto del edificio se complementa con una torre que tiene a su vez un husillo de acceso adosado al muro meridional.
La portada es sencilla a la vez que elegante, con arquivoltas compuestas por arcos concéntricos apoyados en cuatro finas columnas. Todo el frontal cuenta con un tejaroz protector que se apoya en ocho canecillos finamente esculpidos representando al Tetramorfos y a los Evangelistas.
Un amplio repertorio iconográfico con motivos lúdicos y eróticos aparece en los canecillos que sirven de soporte a las cornisas del ábside.
En el interior, sobresalen los arcos ciegos del ábside y los capiteles de las bases de los arcos, así como la cúpula semiesférica apoyada sobre trompas y que sirve de arranque a la torre.
Todo lo que te diga sobre esta maravilla de iglesia es poco. Lo que te recomiendo es que la visites por ti mismo, y veas que hay mil y un detalles por contemplar aparte de los pocos que yo te he esbozado aquí.
Dónde alojarte para ver el patrimonio de las Merindades de Burgos
Ya ves que hay mucho que ver en las Merindades de Burgos, y mucho más que te iremos contando en posteriores posts. Así que como es un territorio algo alejado de Burgos capital, es mejor que busques alojamiento en esta zona.
Hace unos dos meses participamos en el I Encuentro Castilla y León Travel Bloggers, un encuentro en Medina de Pomar, en el que blogueros de viajes de toda España pudimos descubrir las maravillas de la Comarca de Las Merindades y aunque ya la conocíamos, es una zona a la que no nos importa volver para descubrir cosas nuevas.
Nosotros hemos visitado esta comarca en muchas ocasiones, por eso te recomendamos como lugar para alojarte el pueblo de Medina de Pomar, ya que desde él es muy fácil llegar a todos los lugares que ver en las Merindades de Burgos, de los que te hemos hablado. Durante los días del encuentro nos alojamos en el Hotel Romanca, que se encuentra a las afueras de Medina de Pomar, y es un pequeño hotel rural con encanto. Nuestros compañeros se alojaron en la Posada Torre Palacio La Taxuela, a 3 km de Medina de Pomar, que se encuentra en una torre-palacio de piedra totalmente rehabilitada y rodeada por jardines.
Otro pueblo en el que puedes encontrar alojamiento es Villarcayo, que se encuentra a unos 10 km de Medina de Pomar. Aquí te recomendamos el Hotel Doña Jimena, que además cuenta con piscina con jacuzzi y disponen de bicicletas de uso gratuito para los clientes.
En Espinosa de los Monteros también tienes varias opciones de alojamiento, aquí te recomendamos la Posada Real Torre Berrueza, un coqueto hotel rural ubicado en una torre de siglo XII, totalmente restaurada con un gusto exquisito. El hotel tiene también un restaurante que tiene la categoría Bib Gourmand en la Guía Michelin.
En este enlace puedes ver todos los alojamientos que hay en las Merindades de Burgos.
Este post forma parte de la serie
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