Hoy quiero compartir contigo algunos de los errores en el Camino de Santiago bastante habituales, para que puedas evitarlos y disfrutar de tu peregrinaje al máximo.
Desde nuestra experiencia personal como senderistas y, después de haber recorrido el Camino de Santiago en diversas rutas, hemos cometido muchos errores, pero también hemos aprendido de ellos.
Estas recomendaciones te servirán para hacer cualquiera de las rutas a Santiago de Compostela, tanto si vas a hacer el Camino Primitivo, el Camino Francés, el Camino del Norte, o cualquiera de ellos ya que son errores comunes a todos.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
- Los errores en el Camino de Santiago que me hubiera gustado saber antes de comenzar
- Comprarte calzado nuevo para hacer el Camino de Santiago
- Sobrecargar la mochila
- No tener en cuenta la temporada ni las condiciones climáticas
- Subestimar la dificultad del Camino
- No prepararse física y mentalmente
- No tener flexibilidad en tu Camino
- Ignorar tu ritmo y necesidades físicas
- Comparaciones y expectativas poco realistas
- Dormir en único tipo de albergue
- No respetar el ritmo y espacio de los demás peregrinos
- No sumergirse en la cultura y tradiciones locales
- Planificar actividades inmediatas después del Camino
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Los errores en el Camino de Santiago que me hubiera gustado saber antes de comenzar
Comprarte calzado nuevo para hacer el Camino de Santiago
Uno de los errores más comunes y que, muchos peregrinos lamentan, es comprar botas nuevas justo antes de iniciar el Camino. Las ampollas serán tus peores enemigas si cometes este error. Siempre es mejor llevar calzado ya usado y cómodo.
Seguramente, con tus botas viejas también te dolerán los pies, dado que estarás caminando entre 20 a 30 kilómetros al día, así que las nuevas son garantía de sufrimiento y ampollas. A mí, personalmente, me parecen más cómodas las zapatillas de trail que las botas, pero si tu sueles hacer rutas con botas y no tienes problemas, utilízalas.
Además, no te enfoques solo en las botas o zapatillas; un buen par de calcetines especiales para treking con refuerzos en las zonas de roce, puede ser incluso más importante a la hora de prevenir las molestas ampollas. Y algo que me ha salvado los pies, en largas caminatas, es untarlos con vaselina antes de salir y dejar respirar los pies al terminar la jornada, usando sandalias.
Sobrecargar la mochila
Llevar demasiado peso es un error típico. Aunque puedas sentir la tentación de llevar todo lo que crees necesario, recuerda que cargarás ese peso cada día durante muchas horas y kilómetros. Si vas a pernoctar en albergues para hacer el Camino solo necesitas lo esencial: ropa interior, un par de camisetas, pantalones, calcetines, un impermeable, una camiseta térmica por si refresca y un neceser. Aunque también tienes que tener en cuenta el clima y las condiciones de la ruta.
Recuerda que las cosas más pesadas deben ir más cercanas a la espalda para repartir bien el peso en la mochila.
No tener en cuenta la temporada ni las condiciones climáticas
Hacer el Camino de Santiago en verano u otoño o, hacerlo en primavera o en invierno, son cosas muy diferentes y vas a tener que empacar tu mochila de manera muy distinta. Además, dependiendo del camino que elijas, las circunstancias climáticas pueden ser muy diferentes. Si haces el Camino del Norte, en esa zona, aunque sea verano, suele refrescar por las noches o llueve más, por lo que deberás tenerlo en cuenta.
Subestimar la dificultad del Camino
Muchos peregrinos no investigan lo suficiente sobre la longitud y dificultad de las etapas, lo que puede llevar a una mala planificación del tiempo y el esfuerzo necesarios. Si tienes el tiempo limitado, calcula las etapas que vas a poder hacer desde Santiago de Compostela hacia atrás, teniendo en cuenta los kilómetros que puedes hacer cada día, para saber dónde puedes comenzar tu Camino.
No prepararse física y mentalmente
El Camino es desafiante tanto física como mentalmente. Un entrenamiento adecuado y una buena preparación mental son esenciales para disfrutar del recorrido y superar los momentos difíciles. Prepárate unos dos meses antes, caminando todos los días con el calzado que vas a llevar.
Una vez que ya estés en el Camino, no olvides estirar después de cada jornada para evitar dolores musculares que puedan afectar tu experiencia en días siguientes. Estira sobre todo las piernas, las caderas, los hombros y la espalda, para evitar lesiones y que el dolor, si aparece, no sea tan intenso.
No tener flexibilidad en tu Camino
Si puedes, evita marcar una fecha de regreso fija. Los imprevistos ocurren, y la rigidez en tu itinerario solo añadirá estrés a tu viaje. La flexibilidad te permitirá disfrutar más del Camino y adaptarte a cualquier situación, como un día extra en Santiago de Compostela para visitarlo o un merecido descanso, en mitad de la ruta, si lo necesitas. Es mejor mantener un plan abierto que te permita adaptarte.
Ignorar tu ritmo y necesidades físicas
Muchos peregrinos hemos cometido el error de no escuchar a nuestro cuerpo. Es crucial respetar tu ritmo y tomar descansos cuando los necesitas, evitando así el agotamiento físico y mental.
Comparaciones y expectativas poco realistas
Recuerda que el Camino es una experiencia personal e íntima. Compararte con otros peregrinos o, tener expectativas poco realistas, puede arruinar tu experiencia. Cada persona vive el Camino a su manera y cada jornada es única. Disfruta de cada paso, cada paisaje y cada nueva amistad que el camino te ofrece.
Dormir en único tipo de albergue
No te limites solo a los albergues privados; los públicos, especialmente aquellos que funcionan basados en donativos, ofrecen una atmósfera única y enriquecedora. Además, te brindan la oportunidad de conocer a otros peregrinos y compartir experiencias de manera más cercana y auténtica.
No respetar el ritmo y espacio de los demás peregrinos
Si eres de los que madruga para comenzar pronto el Camino, intenta preparar tu mochila la noche anterior para evitar hacer ruido por la mañana y molestar a los que todavía están durmiendo.
No sumergirse en la cultura y tradiciones locales
El Camino de Santiago no es solo una ruta turística; es una experiencia que combina cultura, historia y espiritualidad. Te animo a que no solo te enfoques en la caminata, sino que también te tomes el tiempo para visitar y aprender sobre la rica historia y tradiciones de las regiones que atraviesas. Cada pueblo y cada camino tienen su historia, que merece ser conocida y respetada. El Camino ofrece mucho más que un simple trayecto físico; es una rica experiencia cultural.
Planificar actividades inmediatas después del Camino
Uno de los errores más grandes que cometimos fue planificar otros viajes justo después de terminar el Camino. Subestimamos el cansancio acumulado y la necesidad de descanso, lo cual nos impidió disfrutar de las actividades posteriores.
Estos errores y consejos son fruto de experiencias personales y compartidas por otros viajeros. Al prepararte para el Camino de Santiago, ten en cuenta estos puntos para evitar caer en las mismas trampas y asegurarte de que tu experiencia sea tan enriquecedora como inspiradora. ¡Buen Camino!