Zamora es una pequeña ciudad de Castilla y León situada en lo alto de una meseta rocosa a orillas del río Duero. Aunque es una de esas ciudades españolas a las que parece que el turismo de masas ha dejado de lado, en este post te vamos a contar los 15 lugares que ver en Zamora, que vas a querer ir a conocer.
Hacía mucho tiempo que no iba a Zamora, así que ya era hora de hacer una visita a esta ciudad a la que tengo un especial cariño, ya que a ella me unen lazos de sangre y además fue mi primer destino viajero en mi primer viaje en tren cuando tan sólo tenía 2 años. Así que como mis hijos todavía no la conocían, decidimos hacerla una visita.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
- Cómo es Zamora
- Mapa de los lugares que ver en Zamora
- 15 lugares que tienes que ver en Zamora
- La iglesia de Santiago del Burgo
- El Palacio de los Momos
- La Plaza Mayor
- La Calle de Balborraz
- La Puerta de Zambrano o de Doña Urraca
- La Plaza de Viriato
- La Iglesia de Santa María Magdalena
- La Iglesia de San Pedro y San Ildefonso
- La Catedral de Zamora
- El Castillo de Zamora
- La Casa del Cid o Palacio de Arias Gonzalo
- La Puerta del Obispo
- La Aceñas de Olivares
- El Puente de Piedra
- La Plaza de Santa Lucía
Cómo es Zamora
El casco histórico de Zamora estaba rodeado por murallas, parte de las cuales todavía se pueden ver, y eso junto a la defensa natural que le proporcionaba el Duero, le valieron el sobrenombre de «la bien cercada«.
Las murallas le dotan de un aire medieval a la ciudad, que se ve incrementado si contemplas su estampa desde la orilla opuesta del Duero. La imagen que ves desde aquí te habla de un tiempo lejano, cuando Zamora era una fortaleza en mitad de una zona fronteriza en una tierra de nadie, entre el reino cristiano y el reino musulmán.
Zamora es una ciudad pequeña, tranquila, pero llena de vida y de historia, que es además fácil de recorrer a pie, siendo ésta la mejor forma de conocerla. Aunque es pequeña, estaría bien dedicar al menos dos días para visitarla.
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Llegamos a Zamora en nuestro coche y para aprovechar el tiempo decidimos ir directamente hasta el centro y dejar el coche en el aparcamiento subterráneo que se encuentra en la Plaza de la Constitución.
Frente a la plaza encontramos el primer templo románico de los 23 edificios románicos que descubrirás entre sus calles y plazas. ¿A qué no sabías que el récord mundial de iglesias románicas en una ciudad lo tiene Zamora?. Así pues, Zamora es la ciudad española con más restos románicos seguida por Segovia, y está considerada como la ciudad con mayor número y calidad de templos románicos de Europa, por lo que es conocida como la «Ciudad del Románico«.
Pero en Zamora también encontrarás algo sorprendente, 19 edificios modernistas que hace que sea una de las pocas ciudades españolas no mediterráneas que forman parte de la Red Europea del Modernismo. Este estilo fue introducido por el barcelonés Francisco Ferriol, discípulo y colaborador de Lluís Domènech i Montaner, uno de los grandes protagonistas de este estilo. Podrás ver estos edificios en tu paseo por Zamora, así que te recomiendo que levantes la vista de vez en cuando para descubrirlos.
Aunque hay muchas más cosas que ver en Zamora, aquí tienes lo imprescindible para descubrir una ciudad para la que necesitarás mucho más de una hora.
Mapa de los lugares que ver en Zamora
15 lugares que tienes que ver en Zamora
La iglesia de Santiago del Burgo
Se trata de una iglesia de finales del siglo XI o principios del XII, situada en la calle peatonal de Santa Clara y frente a la Plaza de la Constitución. Fue construida para dar cabida a los feligreses que vivían en la nueva zona de El Burgo, que creció a extramuros del primer recinto de la muralla. Posteriormente fue rodeada por el segundo recinto y pasó a ser parte del centro histórico de la ciudad, como hoy en día.
Tiene tres portadas, pero la sur, que es la que se encuentra frente a la plaza, es la más bella, con sus dos arcos gemelos y su bonito rosetón con doble celosía de piedra.
Entramos a visitar su interior, que conserva su construcción original. Tiene planta basilical con tres naves, la central de gran altura, y en la cabecera tres ábsides planos.
El Palacio de los Momos
Continuamos por la calle Santa Clara y al llegar a la Plaza Zorrilla, a la derecha, encontramos el llamado Palacio de los Momos. Se construyó entre finales del siglo XV y principios del XVI y es de estilo renacentista pero con detalles de gótico isabelino como cadenas, escudos, motivos humanos, florales o zoomorfos.
El Palacio de los Momos fue construido por mandato del comendador de Peñausende, Pedro de Ledesma, regidor de Zamora y Caballero de la Orden de Santiago, en un principio se llamó “Casa de los Sanabria”. Posteriormente y con el paso del tiempo fue usado como casa de arrieros y mesón. Durante el reinado de Carlos II se vino abajo el remate de la fachada y el edificio llegó a estar en ruina, aunque, afortunadamente, se salvó la fachada.
En el año 1922 la fachada del palacio de los Momos fue declarada Monumento Nacional, y lo que más llama la atención es su puerta descentrada con un arco de medio punto y el escudo enorme de la familia Ledesma sobre ella.
Actualmente no es visitable ya que alberga el Palacio de Justicia, en el que se encuentra la sede de la Audiencia Provincial de Zamora.
La Plaza Mayor
Seguimos por la calle Santa Clara y la calle Renova hasta llegar a la Plaza Mayor. Aquí encontramos una plaza cuadrada, peatonal y empedrada, en la que llama la atención la existencia de dos ayuntamientos, uno frente al otro.
El primero que nos encontramos es el Ayuntamiento Viejo, construido en 1504, en época de los Reyes Católicos. Tras un incendio, se restauró y amplió construyendo dos niveles de galerías en estilo plateresco. En 1875 fueron desmochadas las dos torres con que contaba y que estaban coronadas por chapiteles. Actualmente es la sede de la Policía Local.
Y frente a él se encuentra el Ayuntamiento actual, un edificio neoclásico.
Otra de las curiosidades de la Plaza Mayor de Zamora es que allí se encuentra una iglesia, cosa no muy frecuente. Se trata de la Iglesia de San Juan Bautista o de Puerta Nueva, en cuya portada sur se halla el rosetón más elegante del románico zamorano.
Junto a su puerta encontramos una escultura llamada «El Merlú«. El Merlú es el nombre que se le da en la Semana Santa zamorana a las parejas de congregantes que, con una corneta, un tambor y enlutados, en las horas previas a la procesión del Viernes Santo llaman a los 6.000 hermanos de la Cofradía de Jesús Nazareno para que asistan a la misma.
Te diré también que debajo de la plaza se encuentran sepultadas parte de las murallas de la ciudad, concretamente los cimientos de la quinta muralla de Zamora, que fue construida por los árabes, así como una de sus puertas: la Puerta Nueva, de ahí el nombre de la iglesia. La muralla arrancaba desde la esquina del ayuntamiento viejo a la del nuevo y está marcada por la disposición de las losas de granito en el suelo.
La Calle de Balborraz
Entre todas las cosas que ver en Zamora algunas no son monumentos, es el caso de la calle de Balborraz. Es una calle que se encuentra junto al Ayuntamiento antiguo, y además una de las más antiguas de Zamora, como baja hasta el río verás que tiene una pronunciada cuesta.
Por aquí accedían a la ciudad los viajeros y comerciantes, que venían desde el sur, después de cruzar el Duero por el Puente de Piedra, también llamado Puente Nuevo, porque existió otro anterior de origen romano, que estuvo en pie hasta 1310 y que se denominaba Puente Viejo o de Olivares. De este antiguo puente pudimos ver algunos restos que todavía quedan en el río.
Su cuesta empinada de cantos rodados con escalones en los laterales para facilitar el tránsito de los viandantes, el colorido y las balconadas de las casas, las puertas de madera de los bajos, y los pequeños y peculiares comercios que aún se conservan, dan a esta calle vida y carácter. Y aunque ha perdido gran parte de su naturaleza medieval, la rehabilitación realizada en los años noventa, la hizo merecedora del premio Hispania Nostra en 1997.
Aquí puedes ver dos de las casas modernistas de Zamora, se encuentran al comienzo de la calle del lado de la Plaza Mayor, pertenecían a las familias López y Leiredo y datan de la primera década del siglo XX.
La Puerta de Zambrano o de Doña Urraca
Nos dirigimos a la parte posterior de la iglesia de San Juan de Puerta Nueva y allí buscamos la calle de la Reina hasta llegar a la Plaza de la Leña; en este lugar se encuentra la Puerta de Zambrano o de Doña Urraca, perteneciente al primer recinto amurallado, que es llamada así porque a su lado se encontraba la residencia de la Reina Doña Urraca.
Desde este lado de la Plaza de la Leña no podrás ver la parte más bonita de esta puerta, así que tienes que atravesarla para disfrutar de esta zona de la muralla del siglo XI, que se encuentra tan bien restaurada.
La Plaza de Viriato
Volvimos otra vez hasta la Plaza Mayor y nos encaminamos por la transitada calle de Ramos Carrión hasta la conocida Plaza de Viriato. Como habrás podido imaginar en esta plaza se encuentra la estatua de Viriato, el héroe lusitano. A Viriato se le consideró el «terror romanorum«, ya que durante 8 años hizo la vida imposible a los romanos y para celebrar sus victorias (8 en total) arrancaba un jirón de sus estandartes rojos y lo ponía en su lanza, este hecho es el origen de la bandera de la ciudad (y de la provincia), la «Seña Bermeja«.
En esta misma plaza encontramos también el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, que actualmente alberga el Parador de Zamora. Es un bonito palacio renacentista del siglo XVI, que fue construido sobre una antigua alcazaba musulmana. Si te alojas en este hotel podrás disfrutar de su patio central de estilo renacentista. Es un patio con planta cuadrangular con dos pisos de galerías y medallones con bustos de personajes famosos. El Palacio conserva también su bonita escalera principal. Puedes reservar tu estancia en el Parador de Zamora a través de este enlace.
Frente al Parador encontramos el Hospital de la Encarnación, que es la actual sede de la Diputación Provincial.
A la izquierda de la plaza encontramos la Plaza de Claudio Moyano que nos llevó hasta un mirador desde el que se ve la ciudad desde la muralla. Desde aquí se divisa la calle Herreros, que es una de las zonas de tapeo en Zamora y el Museo Provincial de Zamora, que es el museo arqueológico de la ciudad y provincia, al que llegaríamos más tarde
Junto a este mirador encontramos la iglesia de San Cipriano, del siglo XII, en cuyos muros se pueden ver antiguos relieves reutilizados, cuyo origen se desconoce y que están entre los más antiguos del románico de Zamora.
Volvimos hasta la Plaza de Viriato y salimos por la calle que está en el lado opuesto al Parador, de esta forma llegamos hasta el Museo Etnográfico de Castilla y León, que ocupa el lugar de la que fue la antigua Casa de Misericordia. Este museo alberga el enorme y variado patrimonio de la Comunidad vinculado a la tradición, usos y costumbres. Una visita muy recomendable para conocer las tradiciones de Castilla y León a través de los objetos cotidianos del pasado.
Continuamos por la Calle Barandales, que está a la izquierda del Museo, y encontramos una plaza donde se encuentra la Iglesia de Santa María la Nueva, una iglesia románica del siglo XII que en esa época tenía el nombre de Iglesia de San Román. Constituye uno de los sitios más representativos de la ciudad, ya que allí ocurrió el «Motín de la Trucha«. En 1158 los plebeyos de la ciudad apoyaron al hijo de un zapatero, de nombre Benito Pellitero, que se resistió ante el despensero de un noble que quería arrebatarle la trucha que había adquirido en el mercado y aprovechando que en el interior de esta iglesia se encontraban reunidos los nobles para tratar el castigo que debería recaer sobre ellos, prendieron fuego a la iglesia. Después del incendio edificaron de nuevo la iglesia y paso a denominarse Iglesia de Santa María la Nueva.
Junto a esta iglesia se sitúa el Museo de la Semana Santa, el mejor lugar para descubrir la fiesta religiosa más importante de Zamora, que moviliza a casi 40.000 cofrades y que llega a multiplicar la población de la ciudad por cinco. La Semana Santa de Zamora es una de las más impresionantes de España, por su austeridad y dramatismo.
La Iglesia de Santa María Magdalena
Volvimos hasta la Plaza de Viriato y desde aquí continuamos por la Rúa de los Francos hasta llegar a la iglesia de Santa María Magdalena, una de las más interesantes del Románico y de las que tienes que ver en Zamora. Esta iglesia se relaciona con los Hospitalarios, los Templarios y perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén hasta el siglo XIX. Tiene una bonita portada con decoración vegetal que representa el paraíso celestial. Una leyenda de Zamora dice que si no ves al obispo labrado en su puerta no te casas.
Su interior es muy austero, y su joya es un sepulcro tardorrománico de una dama desconocida que parece que podría ser la reina Doña Urraca de Portugal, primera mujer de Fernando II. En el resto de iglesias de Zamora no tuvimos problemas para realizar fotografías, pero aquí no dejan y además están vigilando continuamente que no las hagas.
Justo frente a la iglesia de Santa María Magdalena encontramos un Convento de Clarisas, el Convento del Tránsito, que tiene un curioso portal.
La Iglesia de San Pedro y San Ildefonso
Desde aquí nos dirigimos hacia la Rúa de los Notarios, pero antes nos desviamos un poco a la izquierda hasta encontrar la Iglesia de San Pedro y San Ildefonso. Esta iglesia fue mandada construir sobre la antigua iglesia visigoda de Santa Leocadia, por Fernando I de León, y alberga los restos de San Ildefonso, padre de la Iglesia latina y de San Atilano, primer obispo de Zamora.
Desde el siglo XV sufrió modificaciones que han hecho que quede poco del románico original. En su interior destaca el Sepulcro de Pedro de Ayala y Juan Ayala de Mella, del siglo XVI y unas pinturas murales de los siglos XIV y XVI, las que se encuentran en mejor estado representan a Santa Catalina. Es Monumento Nacional desde el año 1974.
La Catedral de Zamora
Continuando por la Rúa de los Notarios enseguida llegamos a la catedral de Zamora. Se encuentra en la zona más alta de la ciudad y llama la atención por su tamaño, pues es una de las más pequeñas de Castilla y León, y por su estilo, ya que es un impresionante monumento de estilo románico. Es la más antigua de todas las que puedes encontrar en Castilla y León.
Se encuentra inscrita dentro del denominado Románico del Duero, y es todo un lujo para los amantes de este estilo. Su nombre completo es Santa Iglesia Catedral de la Transfiguración del Salvador, pero nadie la llama así. Fue construida por un solo maestro, del que no se sabe nada, y se cree que fue terminada en 1174 coincidiendo con el reinado de Alfonso VII. Su seña de identidad es su espectacular cimborrio o cúpula de influencia bizantina, francesa y musulmana, con unas peculiares escamas de piedra. Este cimborrio sirvió de inspiración para la construcción de la Catedral Vieja de Salamanca.
El templo original fue un edificio de tres naves rematadas por ábsides hoy desaparecidos, y que podemos imaginar cómo eran viendo los de la Colegiata de Toro, inspirada en este templo. Destaca su torre-campanario del Salvador que fue edificada en el siglo XIII, siguiendo el canon del estilo románico, aunque en esa época ya comenzaba a surgir el gótico. Es una torre maciza y poco esbelta de 45 metros de altura, que tenía además una función defensiva y en su tiempo debió de estar almenada.
Junto con el cimborrio, la Portada Meridional o del Obispo, que se encuentra en la fachada sur, es otra de las piezas más valiosas de la Catedral. Tiene un tipo de decoración arquitectónica casi sin escultura y es la única que se mantiene completa y sin modificaciones.
Visitamos su interior, comenzando la visita en el claustro, a través del cual se accede al Museo Catedralicio, que alberga una importante colección de tapices. Después de ver el museo continuamos la visita en el interior de la catedral.
Accedimos a la Catedral a través de una magnífica puerta decorada de nogal y al traspasarla encontramos frente a nosotros una escalera que da acceso a la parte superior del Coro, encontrándose junto a ella un fantástico fresco de San Cristóbal del siglo XVI.
Vimos las diferentes capillas, entre las que destaca la Capilla de San Ildefonso con sus impresionantes pinturas. Es de destacar el trascoro de estilo tardogótico. El Coro es obra de Juan de Bruselas y, después del Cimborrio, es la parte de la Catedral que más se ha estudiado a lo largo de los siglos
Al igual que en el exterior, uno de los elementos más destacables del interior es el cimborrio.
Salvo unos pocos capiteles cercanos al ábside sur, la mayoría de ellos son completamente lisos con la parte superior imitando almenas.
El Castillo de Zamora
En un lateral de la Catedral se encuentra la Calle Alcañices, por ella y después de traspasar un arco y dejar atrás la Casa de los Gigantes, sede del Museo de Baltasar Lobo (dibujante y escultor zamorano), llegamos al parque que rodea el Castillo.
El Castillo de Zamora fue construido bajo el reinado de Fernando I, y desempeñó una función militar durante la guerra de sucesión castellana, tras la muerte de Enrique IV. Después de una época de abandono por parte de sus alcaides, los Condes de Alba, volvió a tener un papel destacado a raíz de la separación de las coronas de Portugal y España, en época de Felipe IV.
Conserva su foso, barbacana, patio de armas y una torre del homenaje de planta romboidal desde la que puedes disfrutar de unas fantásticas vistas. Actualmente es también un anexo del Museo del escultor Baltasar Lobo.
El parque del castillo es una zona muy agradable de paseo, las columnas que hay repartidas por el parque y la portada que se encuentra cubierta de vegetación pertenecen al desaparecido Convento de San Jerónimo.
En un extremo de los jardines se encuentra la Iglesia de San Isidoro del siglo XII.
Nos acercamos a la muralla para conocer una de las puertas famosas de Zamora, el Portillo de la Lealtad, una alta y estrecha puerta por donde la leyenda dice que entró Vellido Dolfos, un noble leonés del siglo XI, siendo perseguido por el Cid. El Cid lo perseguía porque presuntamente había dado muerte al rey Sancho II de Castilla, y este hecho terminó con el cerco de más de 7 meses al que estuvo sometida Zamora y que le valió el famoso dicho “no se ganó Zamora en una hora”. Parece ser que esto no fue más que una leyenda, así que para desagraviar a Vellido Dolfos, recientemente se cambió el nombre a la puerta, ya que anteriormente era conocida como Portillo de la Traición.
La Casa del Cid o Palacio de Arias Gonzalo
Volvimos hasta la catedral y a través de su calle lateral llegamos a la llamada Casa del Cid o Palacio de Arias Gonzalo que, según la tradición, fue la casa que habitaron ambos personajes después de que el alcaide de Zamora Arias Gonzalo, consejero de las infantas Urraca y Elvira, recibiese el encargo de educar a los infantes de León, hijos de Fernando I rey de León y Conde de Castilla, junto a un joven Cid, que todavía no había sido armado caballero.
Es uno de los pocos edificios civiles de estilo románico, que quedan en España.
La Puerta del Obispo
Junto a la Casa del Cid se encuentra la Puerta del Obispo, así llamada porque se encuentra junto al Palacio Episcopal. Esta puerta también ha sido llamada Puerta Óptima o de Olivares.
Es una de las puertas más antiguas de la ciudad ya que data del siglo X. Hasta esta puerta llegaba la calzada romana procedente de Mérida. En ella se encuentra grabada la placa conmemorativa de la participación y posterior victoria, por parte de las milicias zamoranas, en la toma de la ciudad de Mérida al mando de Alfonso IX en 1230. El hecho de que las milicias zamoranas fuesen las primeras en atravesar el puente de Mérida fue plasmado en el escudo de la ciudad.
Desde esta puerta se accede al río Duero, y antiguamente desde aquí se accedía al antiguo puente romano, que se encontraba unos metros antes que el actual puente de piedra.
La Aceñas de Olivares
Una vez situados junto al río Duero llegamos a un grupo de tres molinos llamados Aceñas de Olivares. Hay una ruta que te permite ver cinco conjuntos de aceñas que todavía quedan en Zamora.
Aunque ya no se usan como molinos desde principios del siglo XX, las Aceñas de Olivares se han rehabilitado y se ha instalado en ellas el Centro de Interpretación de las Industrias Tradicionales del Agua.
El Puente de Piedra
Unos metros más adelante encontramos el famoso Puente de Piedra de Zamora, que atraviesa el río Duero y forma parte de la Vía de la Plata. Se inició su construcción a finales del siglo XII y es de estilo románico, aunque ha sufrido diversas remodelaciones como la desaparición de las dos torres que flanqueaban sus lados.
Este puente une la zona histórica de Zamora con la Plaza de Belén. Está construido en piedra y tiene una longitud de de 281 metros, consta de 15 vanos y se desconoce el nombre del autor. Cuando se construyó durante la Edad Media fue conocido como Puente Nuevo de Zamora, al sustituir al viejo puente romano.
Desde el año 2013 se ha convertido en peatonal, ya que al ser tan estrecho los coches tenían que turnarse para poder pasar.
Cruzando el puente divisamos la portada del Convento de San Francisco fundado en 1246, actual sede de la Fundación hispano lusa “Rei Afonso Henriques”.
Paseando por la ribera del Duero llegamos hasta la playa de los Pelambres, que hace años, por su gran afluencia de bañistas, era conocida popularmente como «Benidorm«, y que ahora muestra un cierto abandono. Desde el merendero existente pudimos contemplar la imagen más emblemática de Zamora y que es la portada de este post: el río Duero en primer plano con las ruinas del desaparecido puente romano y al fondo la peña sobre la que se asienta la ciudad, la muralla y la catedral.
La Plaza de Santa Lucía
Volvimos a cruzar el Puente de Piedra y a través de la Calle Puente llegamos a la Plaza de Santa Lucía. En esta zona según la tradición estuvo asentada la judería.
En la plaza encontramos el Palacio del Cordón, también conocido como Palacio de Puñonrostro, por ser ese el nombre de la familia propietaria: los Condes de Puñoenrostro y Marqueses de Maenza.
Es un edificio de principios del siglo XVI, levantado por el regidor Francisco Ramírez, devoto de San Francisco, de ahí el cordón franciscano que da nombre a la casa, sobre él se encuentran las armas de los Condes de Puñoenrostro.
Actualmente es la sede del Museo Provincial de Zamora. Este museo tiene tres secciones: una sección dedicada a la arqueología, otra a las bellas artes y una tercera, más reducida, que se ocupa de la historia de la ciudad.
Otro de los edificios que destacan en la plaza es la Iglesia de Santa Lucía. En su origen la Iglesia era de estilo románico puro, pero ha sufrido numerosas reformas, la más importante de todas fue la que se llevó a cabo en el siglo XVII, que reformó este edificio prácticamente por completo. La parte más interesante del edificio es la espadaña. En la actualidad no tiene culto y funciona como anexo del Museo Provincial de Zamora.
Para volver al punto de partida, subimos la Cuesta de San Cipriano hasta llegar al templo de su mismo nombre y, una vez allí, dirigirnos hacia la Plaza de Viriato para, a continuación, por la calle Ramos Carrión llegar a la Plaza Mayor, y allí reponer fuerzas disfrutando de un sabroso arroz a la zamorana y del famoso bacalao a la tranca, dos de los platos más tradicionales de Zamora, todo ello acompañado de una buena copa de vino de Toro.
Con esto terminamos nuestras recomendaciones de lugares que ver en Zamora. Como ves hay mucho para ver y hacer por lo que te aconsejo que destines al menos dos días para verlo todo.
Si quieres hacer alguna excursión desde Zamora no dudes en leer nuestro post:
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