En el post anterior te mostramos 14 paisajes impresionantes de Europa, recomendados por otros tantos bloggers de viajes. Pero el objetivo era mostrarte los paisajes más impresionantes del mundo, por lo que en esta segunda parte podrás conocer los del resto de continentes.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
Los paisajes más impresionantes del mundo: África
1 – Desierto Erg Chebbi, Merzouga, Marruecos
Eva Puente Maya y Carmelo Caballero de Dónde vamos Eva
En el sur de Marruecos se sitúa una de las joyas naturales que más admiración produce entre viajeros y turistas, el Erg Chebbi (desierto de arena) un total de veintidós kilómetros de espectaculares dunas que en algunos momentos alcanzan los 150 metros de altura y que da paso al más grande de los desiertos conocidos, el Sáhara.
Imprescindible pasar una noche, en alguno de sus oasis, bajo la inmensidad de las estrellas escuchando el sonido del silencio para al día siguiente tener la oportunidad de presenciar uno de los amaneceres más hermosos y espectaculares del mundo.
El Erg Chebbi regala, con la salida del sol, un bello contraste de sombras, matices rosas, marrones y naranjas que al final se convierten en rojo cuando el sol asoma en su plenitud.
“Lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en alguna parte”
El Principito, Antoine de Saint Exupéry.
2 – Reserva de Anja, Madagascar
Sabela Montero de Viajando, imágenes y sensaciones
Esta pequeña reserva situada en el este de Madagascar es una auténtica joya. Después de haber sufrido una gran deforestación y la consiguiente desaparición de su fauna y cuando apenas quedaban unos pocos lémures, un vecino tuvo la genial idea de crear una reserva. Esta gran iniciativa privada de sostenibilidad empezó en el 1995 y pudo ser inaugurada en el 2001 dando hoy en día trabajo a gran parte de la población de Ny Anja.
El bosque está inmerso entre enormes bloques de piedra con una gran variedad de especies arbóreas que sirven de alimento a los más de 300 lémures Cata (o de cola anillada) que allí residen. Un paseo por este bosque es realmente una gran experiencia. Podrás disfrutar de unas vistas preciosas, de un montón de lémures, camaleones, halcones,… y también de cuevas que fueron refugio de los ataques de los temidos Bara así como descubrir sus tumbas.
A pesar de ser pequeña, creo que esta Reserva es una visita indispensable a Madagascar, tanto por su belleza como por el proyecto de turismo sostenible en el que se basa.
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3 – Cráter del Nogorongoro, Tanzania
Desde A un clic de la aventura te recomendamos el Cráter del Nogorongoro, en Tanzania, un auténtico anfiteatro natural formado por uno de los mayores cráteres volcánicos apagados de la Tierra, y que tiene 20 km de diámetro en su parte más ancha y 17 km en la más estrecha. El cráter, que se encuentra a una media de 2285 m sobre el nivel del mar, está bastante aislado del exterior, ya que está rodeado por escarpadas paredes de más de 600 m de altura, siendo esta situación de aislamiento la que favoreció que hasta febrero de 1892, el explorador alemán Oscar Baumann nos descubriera para el mundo occidental la existencia de este sitio tan singular.
Dado que es una de las últimas reservas de la fauna salvaje africana, la visita al Cráter del Nogorongoro no decepciona; en sus 260 km2 de extensión hay bosques, sabanas, lagos, pantanos, charcas saladas, tierras áridas…, y en esta variedad de ecosistemas alberga prácticamente todas las especies representativas de la fauna del África tropical, y además, a todo esto hay que añadir la gran cantidad de aves acuáticas que se dan cita en el lago Magadi, lago que se formó en la parte central del cráter, y que aunque no lo parezca, tiene 600 m de profundidad.
La visita no acaba aquí, ya que no muy lejos del cráter se encuentran el no menos famoso Parque Nacional del Serengueti y la Garganta de Oldupai (no Olduvai, como aparece en muchos sitios), donde el famoso matrimonio formado por Louis y Mary Leakey, encontraron los primeros restos del Paranthropus boisei y del Homo habilis. Quienes quieran visitar estos espectaculares paisajes, deberán tener en cuenta que antes de iniciar el viaje deben solicitar un visado para Tanzania.
Los paisajes más impresionantes del mundo: América
4 – Yosemite, California, Estados Unidos
Daniel de Viatges Pedraforca
Cuando mencionamos California inmediatamente nos vienen a la mente imágenes de cine, Hollywood, glamour, playas, surf, el “Golden Gate”… Todo eso está muy bien, pero California tiene también otros muchos atractivos, entre ellos sus Parques Nacionales. Uno de ellos es el Yosemite, que pude visitar y recorrer hace más de una década.
Si tuviese que elegir algún paisaje del mundo donde mis expectativas se hayan visto ampliamente superadas por lo que han contemplado mis ojos en directo, posiblemente sería Yosemite. La belleza del emblemático Yosemite Valley, presidido por las espectaculares cumbres graníticas del “Half Dome” y de “El Capitán”, es difícil de describir con palabras.
Sin embargo Yosemite Valley es sólo una pequeña parte del Yosemite National Park, cuya extensión supera los 3.000 Km2, y sería muy injusto si obviase Tuolumne Meadows, una zona de prados alpinos donde el río fluye tranquilo, y que es otra de las muchas joyas del Parque. Por último: hay que tener siempre bien a punto la cámara de fotos, porque no todo es paisaje en Yosemite; en cualquier momento podría aparecer algún primo lejano del simpático y legendario “Oso Yogui”.
5 – Cayo Hueso, Miami, Estados Unidos
Jorge González (Xipo) de En el mundo perdido
Cayo Hueso podría definirse perfectamente como un paraíso en mayúsculas por si solo. El último de los cayos de Miami, más cercano a La Habana que al propio Miami, es un paraíso en el que miles de turistas se acercan a descansar y a divertirse. Buen tiempo, playas y un gran ambiente nocturno son algunos de sus puntos fuertes, aunque sin duda lo que más recuerda la gente son sus idílicos atardeceres, realmente preciosos. Tanto, que se han convertido en el principal reclamo de Cayo Hueso.
A medida que va cayendo la tarde, la gente se va acercando a Mallory Square para ver el atardecer, lo que se ha convertido ya en una tradición. No dura excesivamente, apenas algo más de 20 minutos, pero son unos 20 minutos tan increíbles y el espectáculo es tal, que son imposibles olvidarlos.
Hasta el momento, ha sido sin duda la mejor puesta de sol que he tenido ocasión de ver en el mundo.
6 – El Gran Cañón del Colorado, Estados Unidos
Regi y Juanra de Imanes de Viaje
Uno de las maravillas de la naturaleza que más me ha sorprendido es, sin lugar a duda, El Gran Cañón del Colorado, uno de los sitios naturales más espectaculares que existen. Podría pensar en muchos motivos, como la altura del cañón, los tonos ocres que lo visten, o las vistas que se pierden en el horizonte. Sin embargo, el principal de todos ellos es la sensación de sentirte pequeño ante el tiempo y la naturaleza. Al ver el cañón se observa como un simple río, que incluso pueda parecer de lejos un pequeño riachuelo, ha conseguido crear esa escarpada garganta de más de 1400 metros simplemente con el paso del tiempo.
Si tuviera que quedarme con algún momento de la visita a esta maravilla, diría que es la primera vez que te asomas a una de sus gargantas, y contemplas su inmensidad.
7 – Salar de Uyuni, Bolivia
Sarah Y. Richards de Bueno Bonito BaratØ
Cuando la gente descubre que tengo un blog de viajes siempre me pregunta ¿Cuál es tu lugar favorito o el sitio más bonito en el que has estado? antes titubeaba, pero ahora lo tengo claro: el Salar de Uyuni, en Bolivia. Pues para mí fue como viajar a otro planeta o redescubrir el planeta Tierra, pero en bruto.
Mi experiencia por Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo, duró dos noches y tres días.
Primero anduve en un desierto de sal donde lo único vivo que había eran cactus -lo cuales crecían sobre isletas de coral- ,luego paseé por desiertos rojizos, vi lagunas rojas, verdes y azules repletas de flamencos, toqué arboles de piedra; y el tercer día jugué entre los geiseres… ahora entiendes porqué no dudo en dar mi respuesta.
8 – Torres del Paine, Chile
Miguel Blanquer de Viaja por libre
Hay lugares en este planeta que merecen la pena visitarse varias veces a pesar de la distancia en la que se encuentran. Un ejemplo son las Torres del Paine en plena Patagonia chilena. Situado en el campo glaciar más grande del mundo, a excepción de ambos polos, constituye un marco ideal para la práctica del senderismo en todo tipo de niveles.
Tres son sus principales rutas, siendo el circuito de la W y la ascensión al mirador del Cerro Torre los puntos mas visitados, dejando un poco olvidado el más extenuante circuito de la O, pasando por lugares tan cautivadores como los lagos Dickson, Grey y Nordenskjold, el imponente glaciar Grey y la imagen que ha hecho mundialmente famosa a este parque nacional, los Cuernos del Paine y por supuesto el Cerro Torre.
9 – Salta, Argentina
Cristina Rodríguez de Ida y Vuelta
En el año 2004 viajamos a Argentina. Teníamos claro que queríamos visitar Buenos Aires y también Misiones, con las impresionantes Cataratas de Iguazú; sin embargo, como íbamos a viajar en julio, pleno invierno austral, decidimos dejar Patagonia para otra ocasión y conocer el noroeste.
Las regiones de Salta y Jujuy han adquirido en los últimos años el protagonismo que se merecen entre los visitantes europeos, sobre todo por su riqueza enológica y la gran cantidad de bodegas que se han puesto en marcha.
Hace doce años, esto no era así y no encontramos demasiados europeos los días que pasamos en esta zona de Argentina. Fueron jornadas de madrugones para hacer excursiones tan maravillosas como la del Tren a las Nubes o la Quebrada de Humahuaca (Patrimonio de la Humanidad).
Pudimos disfrutar de los paisajes increíbles que forman las estribaciones andinas y hacen frontera natural entre Argentina, Chile y Bolivia y conocimos tradiciones, folklore y misterios en los que la Pachamama está presente.
Son paisajes extremos, algunos por encima de los 4000 metros de altitud y que pueden formar grandes contrastes de aridez y vegetación abundante y fertilísima (en los Valles Calchaquíes). La riqueza de Salta y Jujuy está presente en cada rincón de historia colonial o de remembranza del pasado precolombino.
De todo este viaje de ensueño y si tengo que elegir un solo paisaje me quedo con ese espectáculo entre lunar y marciano de las tierras salteñas que te van atrapando según subes a las nubes. Un paisaje poco amable pero bello, árido y duro que reflejan los rostros de los habitantes del lugar, con la piel endurecida por las temperaturas extremas. Un paisaje único y que no olvidaré.
10 – Fiambalá, Argentina
Lilián Nati de Lilián Viajera
A un Clic de la Aventura me ha pedido que relate brevemente para este post colaborativo sobre un “Paisaje Impresionante” que haya visto, que haya tenido la posibilidad de vivenciar. Obviamente me pareció una buena oportunidad comentar sobre algún paisaje inolvidable de mi Tierra, de mi Argentina que a veces es una gran “desconocida” para muchos.
Ubicados en América del Sur, exactamente en el extremo sur y sudeste de dicho subcontinente, tenemos una superficie de 2 780 400 km² y, tal vez, por su gran superficie, por su clima y gracias a su geografía, mi País tiene casi todos los paisajes imaginables.
Hoy quiero mostrarte algo que podrás ver en persona si alguna vez te animas a hacer un camino especial llamado “La Ruta de los Seismiles”.
Es una parte del camino de la Ruta Nacional 60, en el norte de Argentina, que comienza en la ciudad de Fiambalá (Provincia de Catamarca, Argentina) y finaliza en el “Paso de San Francisco” (es el lugar de cruce, el límite entre Argentina y Chile).
Recorre una región Andina de gran altura. Y te cuento algo que tal vez no sabés, esta es la segunda zona más alta del mundo después del Himalaya porque varios picos superan los seis mil metros de altura sobre el nivel del mar!
Los paisajes, las formaciones de la precordillera, los colores, los ríos que aparecen y desaparecen en el camino hacen que este lugar sea especial. Solo puedo compartir aquí dos fotos y ojalá que alcancen para entusiasmarte a que visites este lugar de nuestro mundo que está en mi Argentina!
Los paisajes más impresionantes del mundo: Antártida
11 – Neko Harbour, Antártida
Isaac Martín de Chavetas
No han sido pocas las veces que me he autopreguntado cual sería para mi ese paisaje increíble en el mundo que destacaría sobre los demás. Es una pregunta complicada pero que he de reconocer que formó parte de lo que buscaba en mi expedición a la Antártida, allá por 2009, en un pequeño buque ruso que parecía de juguete en medio de aquellas aguas.
Amanecíamos anclados el 11 de Diciembre, según el GPS en el punto de la Península Antártica 62º 31′ W, 64º 50′ S, en el llamado Neko Harbour. Mis ojos se salían de sus órbitas cuando me asomaba a la borda y veía como el sol incidía sobre las montañas heladas dejando intuir una pequeña “playa” llena de pingüinos que iba a ser donde desembarcaríamos.
Aquella estampa siempre quedará en mi retina y creo que la definí en su día como la más inhóspita belleza de la naturaleza, donde solo pequeños seres extraordinarios como pesadas focas o simpáticos pingüinos, son dignos habitantes donde nosotros apenas éramos meros espectadores.
Los paisajes más impresionantes del mundo: Asia
12 – Lago Baikal, Siberia
Patri Rojas de La Cosmopolilla
En Rusia se le conoce como el “Ojo Azul de Siberia”. Para el pueblo buriato, que son los que viven en sus orillas, es “Dalai-No” que significa el Lago Sagrado. Aún en los árboles de la ribera los chamanes atan cintas de colores en sus rituales de purificación.
A este remoto lugar, a miles de kilómetros de Moscú, llegué tras sesenta horas a bordo del Transiberiano. Rodeado de un tupido bosque de abetos, las aguas del Lago Baikal se pierden en el infinito: es un auténtico mar de agua dulce. Su inmensidad sobrecoge a la par que fascina.
Es el más profundo y ancho del mundo, conteniendo el 20% del agua dulce no congelada del planeta. Un lugar único y telúrico, del que emana una energía mística que me atrapó y me transmitió fuerza para continuar con mi ruta hasta Mongolia.
13 – El Valle de Nubra, Cachemira, India
Jorge Palencia de Trotaburgos
Uno de los lugares más sorprendentes en el que hemos estado es el Valle de Nubra, situado al norte de la India, en Cachemira. Es un valle aislado, alejado de cualquier ruta. Accedemos a él desde Leh a través del paso de montaña Khardung La (5.602 metros) por la carretera más alta del planeta y después de cruzar varios controles militares.
Nos encontramos rodeados por la cordillera del Karakorum vertebrada por el Río Shyok. El paisaje inhóspito es espectacular, glaciares, desiertos rocosos, dunas y escasos terrenos de tierra fértil donde se ubican unos pequeños pueblos tibetanos. Tierras de alta montaña, que soportan temperaturas de hasta 40º bajo cero en invierno, hacen que el lugar sea inaccesible gran parte del año y muy duro para vivir.
Los pocos pueblos que existen en el valle como Sumur, Diskit, Hundar y Panamik son mayoritariamente de la etnia de los Ladakhis y se dedican principalmente a la agricultura. Vimos algún rebaño de cabras y de yaks. Actualmente intentan sacar algo de los pocos viajeros que llegan hasta aquí, alquilando paseos en camello o explotando alguno de los pocos alojamientos que encontramos. Varios monasterios budistas dan la nota de color a la blancura de sus pueblos.
Antiguamente por aquí pasaba la Ruta de la Seda. Comerciantes procedentes de las regiones chinas de Xinjiang atravesaban estos parajes rumbo a Leh para continuar después viaje hasta Asia Central.
14 – Bagan, Myanmar
Arantxa y Ana de Vipavi
Bagan es uno de los lugares obligatorios a visitar si viajas a Myanmar, la antigua Birmania. Sus templos, pagodas y estupas no dejan indiferente al viajero. Actualmente se conservan unos 2.200 templos, pero en la época de su máximo esplendor, allá por el siglo XIII, llegó a haber 4.000 templos. A lo largo y ancho de varios kilómetros se encuentran los templos de manera salpicada, rodeados de árboles y llanuras verdes, comunicados entre si por caminos de arena roja.
Ver un amanecer y/o atardecer en lo alto de uno de los templos no tiene precio. Nosotras vimos dos amaneceres y dos puestas de sol y hay que decir que el escenario es impactante.
Cuando el sol comenzó a iluminar lo que había ante nuestros ojos apareció un lugar majestuoso, único en el mundo, que pone la piel de gallina y que queda grabado para siempre en tu retina.
15 – Bahía de Halong, Vietnam
Florencio Moreno Anega de Fmanega por el mundo
Detestada por algunos que la consideran demasiado turística y adorada por quienes pensamos que destila una belleza inigualable, la Bahía de Halong no deja a ningún viajero indiferente. Compuesta por centenares o miles de islotes, de origen calizo y que a distancia ofrecen una imagen de continuidad que los asemeja a la línea costera, desde siempre ha servido de inspiración para poetas y artistas locales. Forma parte también de la legendaria tradición vietnamita, según la cual fue formada por joyas escupidas por dragones celestiales.
Sea como fuere, tan majestuoso lugar ofrece al visitante una imagen coherente, consolidada y característica. Tanto, que es considerada una de las siete maravillas naturales del mundo.
16 – Monte Bromo, Java, Indonesia
Cristina Monsalvo de Kris por el mundo
Aquella fría mañana no teníamos ni idea de lo que íbamos a ver. Había incluido el Monte Bromo en nuestro viaje por Java solamente por lo que había leído en la Lonely Planet, pero no habíamos visto ni una sola imagen del lugar.
Llegamos allí de noche, abrigados de pies a cabeza, y avanzamos totalmente a oscuras hasta el lugar donde los lugareños nos indicaron que estaba el mirador. Llegamos los primeros a aquel lugar y nos colocamos donde nos pareció, pues nada indicaba el lugar donde una hora más tarde se iba a obrar el milagro.
Según comenzó a despuntar el sol ante nuestros ojos apareció un mar de nubes entre las cuales emergían los picos de varios volcanes.
Yo no daba crédito a la maravilla que tenía delante, creo sin duda que ha sido el mejor amanecer viajero que he tenido y uno de esos momentos que no podré olvidar. Solamente os diré que llegamos los primeros, y nos fuimos los últimos de aquel lugar, pues yo era incapaz de quitar mis ojos de aquel espectáculo que estaba teniendo lugar ante ellos. Una maravilla que una sola foto os aseguro no es capaz de plasmar.
17 – Wadi Rum, Jordania
Rebeca Serna de Viajeros 3.0
Es el llamado desierto rojo y el refugio de Lawrence de Arabia. Wadi Rum es un imprescindible que visitar en Jordania y uno de los paisajes naturales más espectaculares del mundo. Muy lejos de tener la imagen típica de dunas infinitas doradas, el desierto de Wadi Rum es una inmensidad de arenas rojizas salpicadas de bellas formaciones rocosas de arenisca. Una auténtica maravilla situada a 1600 metros de altura sobre el nivel del mar y erosionado por la acción de la lluvia y el viento durante siglos.
Es como si nos hubiésemos trasladado a otro planeta. Debes dejarte embriagar del encanto que despliega cada rincón de un espacio perteneciente al selecto club de Patrimonio de la Humanidad. Montado a bordo de un 4×4 podrás sentirte como Indiana Jones en busca del tesoro perdido. Y si terminas el día con un atardecer y una cena tradicional en un campamento beduino a la luz de las estrellas, pondrás la guinda a una experiencia inolvidable.
18 – El Nido del Tigre, Bhutan
Esther Guglietta de Viajando por Asia
Es difícil decantarse por un país, pienso que cada uno tiene algún lugar que lo hace especial. Se me ha hecho un poco complicado, pero al final he elegido el último reino del Himalaya, Bhutan. ¿Por qué?. Creo, que llevaba muchos años queriéndolo visitar, parecía un país inaccesible, remoto y lleno de leyendas, sobre todo porque había permanecido aislado al mundo exterior.
La primera vez que lo visité fue en el año 2011 y no me ha importado recorrer lugares ya conocidos y muchos nuevos en el 2015. Tuve claro que el monasterio Taktshang Goemba o como muchos los conocen “El Nido del Tigre”, era una visita obligada. La primera vez se me hizo duro por la altitud y porque lo hice justo al día siguiente de llegar a la ciudad de Paro. Recomiendo si se puede que se deje para el final del tour.
Cuando comienzas a caminar crees que nunca llegarás, pero a medida que vas ascendiendo y observas poco a poco como te vas aproximando, vas adquiriendo fuerzas. Bosques con un colorido de escenario, nubes que nos rodeaban, llegué a decir que solo faltaba el unicornio. La magia, se había apoderado de aquel lugar. Monjes, niños, turistas, ancianos subiendo, era un continuo desfile de gente.
De vez en cuando el monasterio se dejaba ver, otras veces se escondía, jugaba con nosotros como si de un capricho se tratase y nos iba creando un estado de ansiedad y deseo. Pero cuando llegas a un pequeño mirador lo tienes enfrente de ti, al alcance de tu mano, solo que el precipicio que nos separa lo hace inalcanzable; contienes la respiración y el vello se te eriza. Allí está, majestuoso en un acantilado a 3.000 metros de altitud, dominando el valle, como un feroz guardián, pero a su vez te abre sus puertas para ofrecerte recogimiento y paz. No dejas de observar cada rincón, cada peldaño, cada ventana, porque en ese momento desearías tener el tigre con el que Guru Rinpoche voló a ese lugar. Pensé que fue un capricho de alguna divinidad que lo colocó allí para que le presentase pleitesía.
Los paisajes más impresionantes del mundo: Oceania
19 – Hobbiton, Mata Mata, Nueva Zelanda
Ismael Torres de Whattimesailing
Hay lugares en el mundo que te dejan con la boca abierta, sabemos que la naturaleza es poderosa y crea paisajes alucinantes. En nuestro caso fue algo construido por el hombre lo que nos sorprendió.
Cuando lees un libro y se describe un lugar, mentalmente te haces una idea de cómo debería ser: Los colores, formas, sensaciones, sonidos, etc… Y cuando llegas allí te das cuenta que ni los árboles eran tan altos, las casas tan coloridas o la luz no le da esa sensación que te habías imaginado.
Pues eso en Hobbiton en Mata Mata (Nueva Zelanda) no ocurre. Recuerdo como iba dando saltitos como un niño emocionado mientras canturreaba la banda sonora de la trilogía de El Señor de los Anillos.
Huertos con las verduras y fruta de temporada, ropa tendida, las casas con las puertas redondas, los jardines muy cuidados, un sombrero aquí o una chaqueta en una valla hacían que tuvieras la sensación de que en cualquier momento veríamos a Frodo paseando.
El que los grupos sean restringuidos a un número predeterminado de personas hacen que la experiencia no esté masificada y sea una inmersión total.
Hay dos zonas que nos hicieron sonreír, la vista desde la entrada donde se ven todas las casas, huertos, jardines y la casa de Bilbo con el árbol y la vista desde la posada del Dragón Verde que con el lago delante hace que la colina plagada de casitas con las puertas redondas sea idéntica a la que habíamos imaginado de niños.
Si todavía no lo has hecho, no dudes en leer la primera parte, para conocer los paisajes más impresionantes de Europa.