Siempre estamos dispuestos a descubrir lugares nuevos y si además son de España, mucho mejor. En nuestro país todavía existen rincones muy poco conocidos y a la vez sorprendentes. Uno de estos lugares desconocidos es la Sierra de Gata, así que hace unos pocos fines de semana nos fuimos a descubrir la Sierra de Gata en familia. La Sierra de Gata se encuentra en Extremadura, más concretamente al noroeste de la provincia de Cáceres. Es una comarca que en cuanto sales de ella por el norte te encuentras en la provincia Salamanca y si sales por el oeste cambias de país, ya que estarás en Portugal.
Tradicionalmente ha estado muy aislada geográficamente del resto de España, al igual que la comarca de Las Hurdes, con la que limita al este, por lo que todavía conserva sus costumbres ancestrales y a veces tienes la sensación de haber viajado al pasado.
Dicen de la Sierra de Gata que es uno de los últimos paraísos vírgenes que quedan en España y eso fue una de las cosas que más nos atrajo para ir a conocer esta zona.
¿QUÉ ENCONTRARÁS AQUÍ?
Cómo llegar a la Sierra de Gata
Desde Burgos nos separan de la Sierra de Gata unos 400 kilómetros; llegamos hasta Ciudad Rodrigo a través de la autovía E80/A62 y a partir de aquí continuamos a través de carreteras secundarias.
Desde Ciudad Rodrigo nos fuimos adentrando en un mar de encinas, ese paisaje que identifica plenamente a la provincia de Salamanca, la dehesa. Ee el hogar del toro bravo, algunos de cuyos ejemplares pudimos observar entre esas extensas manchas de encinares.
Al atravesar el límite de Salamanca con Cáceres el paisaje va cambiando y nos fuimos encontrando con bosques de robles mezclados con castaños, que ahora muestran sus colores otoñales, y que no pudimos perder la ocasión de fotografiar, ya que la estampa era de cuento.
Nuestro destino en la Sierra de Gata era el Valle del Jálama o Valle de Xalima, su nombre en A Fala (El Habla), la lengua antiquísima que todavía se habla en este valle. Es una lengua romance que parece provenir del galaico-portugués con influencias del asturleonés, y que los entendidos dicen que se remonta a la época de la Reconquista.
Esta fue una de las sorpresas que nos encontramos en la Sierra de Gata, los habitantes del Valle del Jálama todavía siguen hablando en A Fala, una lengua muy curiosa, que desconocíamos totalmente. A veces te recuerda al portugués, otras al gallego y en ocasiones al bable.
Pero, además, la sorpresa fue mayor cuando nos enteramos de que en cada pueblo se habla una variedad distinta de A Fala, y eso que están cerca unos de otros. En Eljas se denomina lagarteiru, en San Martín de Trevejo se llama mañegu y en Valverde del Fresno se habla el valverdeiru.
Qué ver en la Sierra de Gata
San Martín de Trevejo
Llegamos a San Martín de Trevejo, el primer pueblo de nuestro recorrido por la Sierra de Gata en familia, que se encuentra en un valle a los pies del monte Jálama. Quiso la casualidad que este día en el pueblo se celebrase San Martiño (San Martín) y estaba de lo más animado con todos sus habitantes en las calles, celebrando a su patrón: San Martín de Tours.
Durante esta festividad, además de la misa cantada en la iglesia de San Martín de Tours y de la posterior procesión, los vecinos de San Martín de Trevejo realizan un recorrido en el que van probando los vinos nuevos en las distintas bodegas familiares, aquí llamadas boigas o pichorras, para lo que las marcan con una rama de olivo en la puerta.
Así que encontramos las calles repletas de gente a las puertas de las bodegas, comiendo y bebiendo su vino artesano, mientras conversaban en mañegu, la variedad de A Fala que sigue transmitiéndose de padres a hijos de forma oral. Y amenizando las fiestas, una banda de gaitas iba recorriendo el pueblo.¡Gaitas en Extremadura!, otra de las particularidades de esta comarca, además del habla.
San Martín de Trevejo está declarado “Bien de Interés cultural con la categoría de Conjunto Histórico”, por lo que merece la pena callejear para descubrir sus particularidades.
En nuestro recorrido por San Martín de Trevejo vimos que en la mayoría de sus calles empedradas el agua que baja de la sierra corre a raudales durante todo el año por sus “regateras” y es aprovechado al final del pueblo para el regadío. Así que si pensabas que Extremadura es una tierra seca, en la Sierra de Gata cambiarás de opinión. Nos imaginamos que en época de lluvias el agua correrá por las calles como si se tratase de un río. Así que sus habitantes, que ya lo tenían previsto, construyeron sus casas con la entrada elevada, por lo que para acceder a ellas hay que subir unos cuantos escalones, que aquí llaman poyos y que decoran con mimo con multitud de macetas.
Una particularidad de las casas de San Martín de Trevejo, además de sus entramados de madera y adobe, son los tozones, que nos son otra cosa que los bordes de las vigas horizontales a los que, desde la Edad Media, se les ha labrado rostros humanos, descubrirlos se puede convertir en un juego para toda la familia.
Callejeamos por San Martín de Trevejo y descubrimos que tiene algunas casas-palacio repartidas por su casco antiguo, son casas blasonadas, construidas con sillares de granito bien labrados, como la Casa del Comendador, la de los Ojestos…. En alguna de ellas no pudimos evitar asomarnos un poco para descubrir su bonito zaguán.
Llegamos a la Plaza Mayor de San Martín de Trevejo que es una plaza rectangular, con amplios soportales en uno de sus lados. En otro lado se encuentra el Ayuntamiento, un edificio que sigue el modelo de arquitectura de la zona, y que se encuentra sobre un soportal. En un ángulo de la plaza se halla la Torre-Campanario alejada de la iglesia, realizada en el siglo XVI y en la que se puede ver el escudo de armas del Emperador Carlos V. Otra de sus funciones fue la de cárcel. El edificio más bonito de la plaza es la Casa del Comendador, que tiene una sobria fachada de sillería de granito. El conjunto se completa con una fuente de 1888 que se encuentra en medio de la plaza.
Cerca de la Plaza Mayor se encuentra la iglesia parroquial de San Martín de Tours del siglo XVIII, que es un edificio de tres naves que guarda en su interior tres tablas del siglo XVI del pintor Luis de Morales, apodado “El Divino”. Pero el edificio religioso más importante que tuvo San Martín de Trevejo fue el Convento de San Miguel, un convento franciscano que fue levantado por San Francisco de Asís en 1454. Actualmente solo se conserva la iglesia y la Torre, y el resto, producto de reformas recientes, se utiliza ahora como hospedería de lujo con el nombre de Hospedería Conventual Sierra de Gata. Otro de los edificios religiosos de interés es la pequeña ermita de la Cruz Bendita.
Si eres de los que les gusta comprar algo típico de los sitios que visita, en San Martín de Trevejo encontrarás tiendas de productos de la tierra, con los carteles de los mismos en A Fala. Aquí encontrarás artesanía de corcho, cestas hechas de castaño y encajes de bolillos, además de dulces típicos, miel, quesos, embutidos y vino.
La ruta de A Fala
Desde San Martín de Trevejo existe una ruta de senderismo que une los tres pueblos en los que se habla A Fala: San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno. Es una ruta de pequeño recorrido: la PR CC 184. Una ruta muy sencilla que está bien señalizada con sus características marcas blancas y amarillas.
Hicimos un trozo del recorrido, puesto que no disponíamos de más tiempo, pero nos quedamos con ganas de más. La ruta comienza desde la calle del Medio en la que se encuentra la primera señalización. Siguiendo las marcas llegamos al final del pueblo, a la Calle del Puerto, y más concretamente hasta un gran pilón de piedra, lugar en el que comienza la calzada de piedra de origen medieval que tuvo uso comercial hasta el siglo XIX.
Los primeros 500m son de subida hasta llegar poco a poco al Castañar de los Ojestos, que es el mayor de Extremadura. Aquí te das cuenta de que Extremadura no son sólo dehesas de encinas, ya que por aquí abunda el agua y encuentras grandes bosques de castaños y robles.
La calzada está atravesada de vez en cuando por pequeños arroyos. Desde aquí en unas dos horas llegarías al Puerto de Santa Clara, que es el límite de las provincias de Cáceres y Salamanca. Y en 7 km se llegaría a Eljas y de allí a Valverde del Fresno. En total la ruta son 16,5 km, pero se puede acortar lo que se quiera, porque es una ruta lineal y hay que volver por el mismo camino de ida. Es una ruta fácil para hacer en la Sierra de Gata en familia.
De regreso recuperamos las fuerzas en el restaurante Los Cazadores de San Martín de Trevejo, en el que pudimos disfrutar de algunos buenos platos de cuchara de su recetario.
Trevejo
A 12 kilómetros de San Martín de Trevejo, por la carretera de Villamiel, se encuentra la pequeña aldea de Trevejo, que es la joya escondida de la Sierra de Gata.
La aldea medieval de Trevejo se encuentra en un alto. Es una aldea pequeña con unas pocas casas apiñadas y calles empedradas, y al recorrerla nos pareció que habíamos viajado en el tiempo. Nos dio la sensación de haber llegado a una aldea celta del estilo de las de Asterix. Las casas están mimetizadas con el paisaje, ya que están construidas con las mismas piedras de granito del terreno en el que se asientan y hasta el color del cielo que amenazaba lluvia, tenía el mismo tono de gris.
No encontramos apenas lugareños ni visitantes, pues aquí no han llegado todavía las aglomeraciones de turistas que encuentras en otros lados. Tan sólo algún que otro gato que se nos acercó curioso y nos acompañó en nuestro recorrido por sus rincones pintorescos.
Lo que más destaca en Trevejo son las ruinas de lo que en su día fue un espectacular Castillo, por cierto, con mucha hjstoria a sus espaldas. Ahora tan sólo quedan ruinas, pero en su origen fue una fortaleza musulmana del siglo XII. Con el tiempo fue pasando de mano en mano: Alfonso VII de León conquistó esta fortaleza y se la cedió a la Orden del Temple; posteriormente, el rey Fernando II de León se la cede a la Orden de San Juan de Jerusalén y dos años más tarde se la entrega a la Orden de Santiago. Siempre fue propiedad de monjes guerreros, es lo que tiene ser un territorio fronterizo de gran importancia estratégica.
En el año 1474 el castillo fue tomado por el bandolero Fernán Centeno “El Travieso”, que dicen aseguró el trono para la reina Isabel La Católica, al enfrentarse durante la guerra civil de Castilla a las tropas portuguesas que apoyaban a Juana La Beltraneja, su rival al trono castellano.
Al igual que pasó con el castillo de Burgos, durante la invasión francesa el castillo fue destruido por las tropas napoleónicas, y nos quedamos sin la posibilidad de disfrutarlo en su esplendor.
Subimos hasta sus ruinas saltando entre las piedras. Ahora sólo podemos ver los restos de su Torre del Homenaje de planta pentagonal y parte de la muralla, pero aún así, con los restos que quedan y todas las piedras que te encuentras en el suelo, te puedes hacer una buena idea de la importancia que tuvo en el pasado.
Bajo la Torre del Homenaje había un pasadizo subterráneo que pasaba por el pueblo y permitía salir a un roquedal, en caso de asedio. Los habitantes de Trevejo llamaban a este pasadizo ”Lapa de la Sierpe”.
El castillo es una atalaya perfecta desde la que contemplar todo el Valle de Xalima, y si como nosotros recorres sus ruinas al atardecer, tendrás unas vistas excelentes de la puesta de sol.
A los pies del castillo, una de sus torres se ha convertido en un campanario junto al que se encuentra la iglesia de San Juan Bautista del siglo XVI. Allí al lado pudimos ver una serie de tumbas antropomórficas excavadas en el suelo de piedra, en las que parece ser que se enterró a algunos de los monjes guerreros que poblaron el castillo.
Dónde alojarte en la Sierra de Gata en familia
Hay varias opciones para poder alojarte si vas a la Sierra de Gata en familia.
Si quieres alojarte en Trevejo una buena opción son los Apartamentos Rurales A Fala, ya que dispone de dos apartamentos, de los cuales hay uno en el que se pueden alojar hasta 5 personas. Consta de dos habitaciones, salón, baño con bañera de hidromasaje y una cocina muy bien equipada con fogones, microondas, tostadora y hasta lavadora, cosa que se agradece si vas con niños. Nacho, el dueño de los apartamentos, te recomendará los mejores sitios para ver por la zona.
En Acebo se encuentra la Casa Rural El Pilar, que en una misma finca dispone de tres casitas independientes, dos de las cuales son ideales para alojar a familias: el Pilar, que aloja hasta 7 personas y la Barquilla con capacidad hasta 5 personas. Las dos tienen salón, cocina, varias habitaciones y dos baños. Disponen de dos ponis para que los niños puedan dar paseos con ellos, de forma gratuita. Y además de 3 piscinas naturales que se encuentran en los alrededores, la Casa Rural El Pilar dispone de su propia piscina natural para disfrutar de unos buenos chapuzones.
Como en los anteriores alojamientos no tenían disponibilidad el fin de semana que nosotros fuimos en la Sierra de Gata, nos alojamos en Valverde del Fresno, en el Hotel Rural A Velha Fábrica. Un hotel que se ubica en lo que fue una vieja fábrica de textiles y aceites del siglo XIX.
Tiene dos zonas, el hotel que es el edificio principal, que tiene 10 habitaciones con baño y un salón social con bar y restaurante, que, además, es común a todas las instalaciones.
Y en otro edificio se encuentran 8 habitaciones con entrada independiente de tipo apartamento. Nosotros nos alojamos en este último edificio. Nuestro apartamento tenía dos alturas, con un amplio salón en la parte baja, además de una cama doble y un baño y en la parte superior otra cama doble. En las zonas comunes hay un jardín, un pequeño parque infantil y una piscina.
De aventura en familia por la Sierra de Gata en 4×4
Si el sábado lo destinamos a conocer los dos pueblos, el domingo nos dispusimos a realizar una ruta de senderismo que nos llevó a conocer una de las cascadas más espectaculares e inaccesibles de la región.
Si vas a la Sierra de Gata en familia verás que esta zona es ideal para realizar excursiones y descubrir toda la belleza de su entorno natural. Gracias a Nacho y a Javier pudimos disfrutar de una ruta 4×4 a una zona inhóspita de la Sierra de Gata: el nacimiento de la Cervigona, en el término municipal de Acebo.
Aunque la ruta discurre por el término municipal de Acebo (Cáceres) quedamos con Nacho y Javier en El Payo (Salamanca), ya que desde allí es más fácil comenzar la ruta. Una vez que nos encontramos, subimos al 4×4 y nos dirigimos por caminos forestales a una zona restringida.
El verano de 2015 la Sierra de Gata sufrió un devastador incendio que arrasó unas 8.000 hectáreas de una zona de alto valor ecológico y paisajístico, por eso el lugar desde la que parte la ruta tiene el acceso restringido y tan sólo es posible acceder con un permiso, del que dispone la empresa de Nacho y Javier.
Ya se ve como se ha ido recuperando la vegetación, y si algo bueno podemos sacar del incendio es que ahora podemos acceder desde esta zona al nacimiento de la cascada, cosa que anteriormente era casi imposible debido a la abundante y densa vegetación.
Llegamos en el 4×4 hasta el lugar en el que comenzaba la ruta. Allí descendimos del 4×4 y nos dispusimos a realizar una ruta de senderismo desde una especie de antigua piscina o acequia de captación de agua, a la que llega un canal que la alimentaba. Seguimos este canal que va bordeando la montaña y de vez en cuando encontramos alguna zona entre los árboles que hace de mirador desde la que contemplar la cascada.
La vegetación se cierra sobre el canal y seguimos un sendero, entre helechos, madroños y jaras, que desciende unos metros hasta llegar al arroyo. Lo cruzamos y continuamos el sendero hasta otra zona en la que hay que volver a cruzar el arroyo y en unos pocos metros, subiendo unas rocas, llegamos hasta la parte más alta de la cascada, hasta el lugar en el que nace la Cervigona.
Desde aquí las vistas son espectaculares y aprovechamos para sacar algunas fotos, antes de volver por el mismo camino por el que habíamos ido. Es una ruta corta y fácil para realizar en familia y conocer un lugar sorprendente de la Sierra de Gata.
Si quieres realizar esta ruta o cualquier otra de las que organiza la empresa Sierra de Gata en 4×4, en su página puedes ver todas las opciones de rutas que ofrecen.
Con esta ruta terminó nuestro viaje a la Sierra de Gata en familia, fue una pequeña incursión a una zona que nos dejó muy buen sabor de boca y a la que volveremos sin duda, para conocer aún mejor.
Disfrutamos de este fin de semana en familia en la Sierra de Gata por invitación de una serie de empresarios de la zona, a quienes queremos agradecer la oportunidad que nos han dado de conocer la zona. En ningún caso estamos condicionados en nuestras opiniones por ello, que son totalmente independientes.